Capítulo 3

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En la clase del puto profesor más vago y hablador del mundo. Ahí es donde estoy ahora mismo. Se le ha ocurrido la "gran y fantástica" idea de hacerle preguntas al nuevo. ¡YAY! Los cotillas están demasiado emocionados, mientras que yo, intentaré pasar mi pregunta. HAHA. Todo bajo control.

—Sam~— dijo el profesor muy alegre por estar cobrando dinero sin hacer nada.— ¿Qué chica de la clase escogerías como la más guapa?— me miró con un guiño (Sam). La puta pregunta es la hostia. Infantil pero morbosa.
HAHAH. Ya hay chavalas mirándolo sonrojadas, mientras, yo paso de su respuesta.— Tú, Sam— dijo sonriendole. Menudo playboy.— Lydia, te toca.- dijo el profesor.— Me gustaría omitir mi pregunta, gracias.— dije mirando al profesor firme. Toda la clase me empezó a mirar a lo:
¡CORTA ROLLOS! O más bien, corta-chismes, morbosos.

— Yo te haré la pregunta.— dijo el nuevo. Genial. Lo miré desafiante, a lo mejor se acojonaba, yo que sé. Pero el siguió.— ¿Qué piensas de mí?— preguntó sonriendo.

— A(t)ún no te conozco — menudo playboy.— no podría decirte.— reí nerviosa.— Mojate un poco, Lydia.— dijo en tono divertido. ¿Quien coño se cree? Estúpido. Me quiere sacar de mis casillas.— Bien, siendo sincera, me caes como una patada en la barriga.— dije con tranquilidad. A la mierda lo que viene a ser mi reputación de buenecita.

— Justo lo que quería escuchar.— dijo con aire de triunfo.— ¿Podría salir un momento con este 'señorito', profesor?— dije inmediatamente, levantandome.— Claro, hagan lo que tengan que hacer.— se escucho el típico " uuuhh " por parte de los demás. Me lo llevé a rastras.— Cada vez me sorprendes más. —dijo.

Lo miré seria. Le estaba insultando con la mirada— Suéltalo. ¿Me quieres insultar? Hazlo.— dijo tranquilamente. Exactamente, lo que quería hacer era insultarlo, pero no quería estropear todo mi esfuerzo con mi segunda personalidad.
—Cálmate...— susurré para mí misma.— Simplemente me parecía que necesitabas un poco de aire, eso es todo.— respondí con una sonrisa más falsa que las Barbies del chino.

—Eres increíble.— emitió y sonrió levemente.— ¿Soy increíble?— pregunté alzando una ceja. Obvio que lo sé.— Lo eres.— me despeinó el cabello y entró de nuevo a la clase cogiendome de la mano. Me solté cuando pude. Este chaval tiene un pequeño problema. Los impulsos que tiene no son demasiado normales.

—¿Qué pasó con ustedes dos?— preguntó Sam con una sonrisa pícara.— Nada reelevante.— dije restándole importancia.— ¿Nuestro angelito ya ha encontrado el amor?— dijo entre risas. BIEEEN. Rumores. ¡Justo lo que faltaba en mi fantastica vida! ¿Que más podía pasar? ¿Que se ponga a llover en invierno? Pues sí, se pone a llover, y la mejor parte, no hay paraguas. Lydia se mojó y se convirtió en gremly. Con mi increíble suerte, seguramente me resfriaré. Genial.

Llegué a casa empapada, es poco, bañada, duchada y de todo menos seca. Obviamente, y como era de esperar, me resfrié fuertemente, pero igual, debo ir al instituto, ya que hay exámenes. Me duché con agua CALIENTE, ojo, es importante el dato: CALIENTE y me quedé más tranquila y seca, cómoda, se sentía maravilloso, estupendo, fantasías inundaban mi mente al sentir esa CALIENTE y reconfortante agua recorriendo mi cuerpo. ah.

Bajé a cenar, el panorama:
Mi madre tejiendo en el sofá con cara de enfado, mi padre haciendo la cena ( cosa que era habitual ) y mi hermano mirándome como si me fuera a preguntar algo.
— He oído rumores de que sales con alguien.—me dijo frío, y cosa rara, sin burlarse.— ¿Es cierto?— por primera vez, el que es mi hermano, ha razonado y ha preguntado antes de sacar conclusiones precipitadas, contuve mis impulsos de aplaudir.— No, es sólo un estúpido rumor.— dije sonriendole. Suspiró de alivio. ¿Qué cojones? ¿Tenía complejo de hermana? No, gracias.

— La cena.— gritó mi padre como si estuviéramos a 3 malditos kilómetros. Nos sentamos y comimos la deliciosa comida. Me levanté e ignoré la estúpida discusión de mis padres, dejando mi plato en el lavavajillas. Subí a mi habitación y me tiré en la cama cual pato al agua.

Cerré los ojos y automáticamente me quedé sobada.

Era sábado por la mañana, me daba una pereza increíble levantarme, pero al acordarme de que debía ir al instituto, salté literal de la cama. Sí, tenía que ir los sábados, principalmente cuando había temporada de examenes..

Tomé el autobús, ya que no me quedaba más remedio que hacerlo. Había tormenta de la buena. Llegué, y esta vez no me cogería por sorpresa, llevaba paraguas. Mi inteligencia no tiene límites.

Entré y me encontré de cara con la mitad de mi clase mirando hacia fuera.— ¿Ya estamos todos?— preguntó Jessica.— Al parecer, sí.— respondió Joseph.— ¿Qué tramais?— pregunté curiosa.— Como ningún profesor ha venido por la tormenta, hemos decidido pasar el tiempo jugando.— dijo Sam con un tono divertido.

— ¿Jugar a qué?— pregunté riendo. Josh levantó una botella de agua acercándose a mi.— A la botella.— dijo sonriendo pícaramente. MIERDA. Huye.

Realmente lo intenté sutilmente con excusas, pero me retenían, no quedaba otra.— Bien, las reglas son sencillas. Cómo hay 5 chicas y 5 chicos todo será más sencillo. Escribiremos en papeles los retos. La botella será rotada por uno de nosotros, y a quien le toque, tendrá que coger un papel al azar. ¿Sencillo? ¡Claro!— explicó Mark.

Todos escribimos un reto, lo pusimos en un bol y los mezclamos.— ¿Quién empieza?— preguntó Sam.— ¡YO!— dijo entusiasmada Marina. Acto seguido giró la botella y la tensión se hizo presente. La botella apuntó hacia Mark. Cogió un papel despreocupadamente y lo leyó. Dale un beso en la mejilla al siguiente.
— Empezamos flojo...— dijo Logan. Mark la giró y le tocó a Jessica. QUÉ CHORRA. Justo a su pareja.

Tras una miradas y unos retos más me tocó a mí.—Ugh...— emití. Saqué el papel que más temía sacar. Besa en los labios al siguiente. Caca. Es lo único que se me venía a la mente en ese momento.

Giré la botella con un claro nerviosismo. Gira y gira, gira y gira, gira y para. Miré temerosa hacia quién iba a ser la otra víctima. Mierda.— Esto se pone tenso...— dijeron Sam y Logan al unísono. Recorrí con mi vista lentamente hacia arriba y observé a Josh. Giré la botella en un amago hacia otra persona que no fuera él. Pero no lo dieron por válido.— Hacedlo rápido, tampoco es para tanto.— dijo despreocupadamente Mark.

—Acaso... ¿Es tu primer beso?— preguntó Josh serio.— C-claro que no.— dije quitándole importancia a su pregunta. Lo era, pero soy una temeraria.— Si no quieres hacerlo, podemos pararlo aquí.— dijo viendo mi clara cara de tensión.— Hacedlo, todos lo hemos hecho, no os podréis zafar.— dijo Sam, maldita.

No me salían palabras, estaba demasiado nerviosa.— No lo haré, ella no quiere, me niego.— dijo él tocándome el hombro transmitiéndole una confianza increíble.— L-lo haré.— dije para sorpresa de mi misma. Me miró igual de sorprendido. En un rápido movimiento estrellé torpemente mis labios contra los suyos. Besaba bien, he de decir. Tras unos segundos dejándonos llevar nos separamos.- WOAH.— Logan esbozó una mueca de picardía.— Yo también quiero pobrar.— continuó. Estaba tan aturdida que había dejado pasar ese comentario.

Le pegué levemente mientras le quitaba importancia a la situación. Ambos nos mantuvimos callados después de esa escenita. Nunca estuve tan nerviosa en mi vida. Espero no tener que repetirlo, aunque tampoco fue desagradable... Oh oh.

Mi vida en un simple ( no tan simple ) texto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora