A veces, no es algo tan sencillo como "ser o no ser". A veces la vida se empeña en mostrarnos que debemos resistir y derrumbar. Y resistir probablemente nos condene a vivir siempre dentro de un molde que cada día te asfixia más y más. Pero derrumbar podría significar quedar debajo de los escombros, porque nadie nos asegura que saldremos ilesos del desastre o que lleguemos a salir siquiera. Es en ese momento cuando queremos salir corriendo pero una parte de nosotros esta encadenada, y esta la constante pregunta de: "¿Adónde iría?"
Han pasado cerca de dos años desde nuestro primer beso a la orilla del lago, aún recuerdo la sensación de sus labios al compás de los míos, los nervios previos y también el anhelo de saber que ese sería el primero de muchos.
Han pasado casi dos años desde ello, y había llegado el momento de intentar describir exactamente que es lo que -para este momento- siento por él; lo que he sentido por el alrededor de seiscientos noventa días.
Afortunadamente -o desafortunadamente-, para este punto no había algo como "Él y yo" éramos dos completos desconocidos con recuerdos en común y, de alguna manera eso era bueno. Lo perdoné sin necesidad de decírselo, todo por el simple hecho de querer deshacerme de la sensación enfermiza de odiar a alguien y había decidido quedarme con cada detalle, cada palabra que me dolió, cada escalofrió que recorrió mi cuerpo, cada mirada, lagrima y ese amor al que tuve que decir adiós por amor propio antes de destruirnos por completo.
Pero principalmente decidí conservar las partes buenas, porque esas ni el peor accidente me las quita. Porque al final del día podía ser feliz al saber que di todo de mí, que me entregue por completo a él y al pequeño "para siempre" que habíamos creado para nosotros; podía tener una sonrisa en mi rostro porque al final, estoy seguro que lo nuestro no termino por mí.
Había llegado el momento de hacerle frente a todo lo que estuve huyendo este tiempo, porque estaba listo para volver y lo sentía necesario, yo tenía ese "alguien" con quien estaba compartiendo mi cama y con quien había decidido salir a conocer el mundo, con quien estaba reconstruyendo poco a poco mi vida.
Estaría muy contento si él hubiese decidido quedarse con alguien más, o si hubiese decidido quedarse incluso con pedazos de aquellos que mueren por él. Que consiguiera a ese alguien por quien luchar y demostrar todo lo que alguien como Liam Karlsson es capaz de dar por amor, si así era me alegraba por él, por haber seguido adelante, por haber salido del derrumbe y resistir el desastre, por haber sacudido el polvo de su vida y saber continuar.
Definitivamente estaba dispuesto a ver aquello y alegrarme por nosotros.
Había decidido que no volvería a enamorarme, que lo que llegara seria bien recibido sin poner mis sentimientos de por medio y lo había conseguido -al menos por algún tiempo-, justo antes de que mi mundo se pusiera de cabeza una vez más y me trastocara por completo, justo antes de que Liam decidiera cavar su propia tumba y tratar de arrastrarme con él hacia ella.
Pero como todo, las malas decisiones tienen sus consecuencias, al parecer yo me encontraba en el medio de "algo" más grande de lo que hubiésemos imaginado y, una vez más en contra de mi voluntad. Ni siquiera sé en qué momento me deje arrastrar por él hasta este punto, un lugar donde no había siquiera la posibilidad de pensar en un retorno.
"No volvería a enamorarme" y aquí estaba yo nuevamente, a la expectativa de su próximo movimiento, la noche nos envolvía y si, probablemente hubieran personas buscándonos alrededor de la casa -personas como su pareja-, pero en realidad a mí no me importaba, y parecía que a él mucho menos.
¡FELIZ NAVIDAD! ♡♡
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Vuelve A Mi
Teen FictionSegunda parte de "De Tu Mano" "El tiempo podía borrar todo, y el tiempo podía sanar todas las heridas; Sin embargo algunos recuerdos no podían ser olvidados incluso a través del paso del tiempo, porque están impresos en la parte mas profunda del alm...