The Holes Of My Sweater

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Min Yoongi odia la playa.

Si le preguntaran cuál es su lugar ideal para pasar sus vacaciones de invierno, definitivamente, elegiría un lugar con clima frío. Bergen, Moscú , Ámsterdam o San Petersburgo, eran los lugares planeados por el chico pálido para pasar Navidad, con climas perfectos para tomarlos como excusa y pasar todo el día en cama. Pero por ningún motivo elegiría a California como su destino, mucho menos las playas sureñas del estado.

Min Yoongi es alguien que prefiere el frío.

Él no es alguien que disfrute del sol, por ello lleva un suéter a pesar del clima cálido en pleno invierno. De un color gris opaco que contrarresta el azul brillante del mar, una talla excesivamente grande a comparación de su cuerpo delgado y unos pequeños orificios en sus mangas por donde se colaba el aire "invernal", símbolo de la antigüedad del mismo.

Min Yoongi es callado.

Desde pequeño fue un alma curiosa, hambrienta de nuevas experiencias, tanto que observaba por horas aquello que llamaba su atención, evitando así el hablar con los de su alrededor. Por ello se encontraba sentado, con sus pies enterrados en la arena, observando cada detalle del lugar.
Desde las gaviotas que revoloteaban en el cielo, las pocas personas que se encontraban en el lugar o el sonido de las olas golpeando las rocas que se veía opacado por las pequeñas risas que lanzaba un chico pelinegro tan pronto una ola llegaba a sus pies.

Min Yoongi es alguien introvertido.

Nunca le gusto ser cercano a alguien, nunca sintió la necesidad de estar rodeado de personas, nunca se interesó por hacer vínculos más allá de lo requerido, nunca se imaginó que su espacio personal, ese tan tranquilo y silencioso, se vería quebrantado por un alma ruidosa y resplandeciente.  La primera vez que el menor irrumpió en su vida, no pensó ni por asomo que sería el ser que lo animaría a hacer mil y un locuras, siempre en compañía suya.

Min Yoongi es realista.

Es por eso que cuando aquel muchacho de resplandeciente eye-smile comenzó a frecuentar su espacio no se inmutó en absoluto, porque ¿Cómo alguien como ese chico notaría su insignificante y solitaria existencia?; primero sus encuentros comenzaron con preguntas tontas, ¿Qué hora es?, ¿Crees que llueva?, ¿Tienes mascota?.
Un día iniciaron hablando del festival cinematográfico que se llevaría a cabo en la ciudad y de lo maravilloso que sería asistir si no existieran los parciales que estaban en curso. A la semana siguiente, hablaban animadamente sobre la maravillosa vista que brindaba la terraza de la cafetería. Al mes, comenzaban a buscar excusas para pasar más tiempo juntos. Sin embargo, Min Yoongi aún encontraba incómodas las repentinas muestras de afecto del menor, repitiéndose una y otra vez que aquel chico radiante no podría desperdiciar más su vida en alguien tan patético y poca cosa cómo el.
Ninguno de los dos se dio cuenta en que momento la presencia del otro se volvió indispensable en sus rutinas, ninguno se dio cuenta en que momento los sentimientos comenzaron a surgir, ninguno se dio cuenta de cómo sus almas se conectaban incluso cuando se encontraban en silencio observando nada.

Min Yoongi comenzó a tomar confianza.

Aún recuerda con claridad el día que se atrevió a declarársele, no tenía nada planeado, la conversación se fue dando naturalmente mientras ambos compartían una taza de café humeante en aquella cafetería que fue cómplice de sus primeros encuentros. Comenzaron recordando la valentía del menor al tomar la iniciativa de hablarle, la primera vez que el pálido se atrevió a invitarlo a salir sin alguna excusa, la vez que terminaron empapados después de una cita y adoptaron al pequeño cachorro que se protegía de la lluvia en un callejón cercano al departamento del menor o cuando compartían su tiempo observando el atardecer en el parque sin decir palabra alguna.
Cuando el pálido pronunció aquellas palabras que llevaban tiempo intentando salir, el menor solo logró articular un ligero "Comenzaba a creer que nunca lo preguntarías" para después depositar un pequeño beso en la pálida mejilla del castaño.
O ese suéter que llevaba puesto y fue el primer regalo, que con tanto sacrificios, su novio compró para él en su primer mes de noviazgo y ahora se empeñaba en no deshacerse de él.

Min Yoongi es feliz.

Él jamás se cuestionó que era la felicidad y si llegaría a experimentarla. Él jamás imaginó experimentar más que la felicidad a lado de aquel pelinegro que ahora es su vida. Conforme el tiempo pasaba, la relación comenzaba a fortalecerse.
Yoongi comenzaba a compartir más sus pensamientos y emociones, aprendió a escuchar y consolar, descubrió y aprendió la importancia de la confianza y responsabilidad en una relación, todo a lado de aquel pelinegro que se encontraba frente a él disfrutando de la brisa marina.

Min Yoongi está locamente enamorado.

Solo eso explicaría el porque se encuentra en una playa de California en pleno invierno. El menor había insistido en California como destino y el mayor no pudo negárselo, no cuando el menor hablaba de todo lo que podrían hacer juntos en aquel lugar con unos ojos brillosos y sonrisa radiante como aliados.

Min Yoongi — le hablo el pelinegro mientras se acercaba a él.

Park Jimin

No me gusta que me llames así — le decía el menor al mismo tiempo que lo obligaba a ponerse de pie.

Entonces, ¿cómo debería de decirte? ¿Mochi? ¿Dolly? — respondió el pálido mientras tomaba las manos del contrario y acariciaba el anillo que se encontraba en el dedo anular del menor — ¿O tal vez deba llamarte Min Jimin?

Las mejillas del menor se colorearon de un rosa pálido mientras una sonrisa comenzaba a apoderarse de su rostro. Hace apenas unos días habían contraído matrimonio y aún no podía creer que todo eso fuera real. Jimin sabía lo mucho que Yoongi deseaba viajar a Rusia por eso se sorprendió cuando el mayor accedió en viajar a California para su luna de miel.

Así suena mejor, mucho mejor — le decía Jimin mientras pasaba sus brazos por el cuello del mayor y este tomaba su cintura.

Y bien, señor Min, ¿A qué otro horrible lugar me llevará en contra de mi voluntad? —

— Eres imposible, Yoongi — hablaba mientras reía — Pero si no quieres volver al hotel, bien podemos nadar un rato.

— Bromeas, si me meto a esa agua juro que moriré de hipotermia y te quedarás viudo sin antes experimentar la maravillosa vida de casado a mi lado —

Entonces, ¿Volvemos al hotel? —

— He estado esperando esas palabras desde que llegamos a este lugar —

Porque es demasiado frío aquí para ti y ahora, déjame poner tus manos en los agujeros de mi suéter.

Sweater Weather 「YOONMIN」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora