No creas mis palabras tontamente

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Para este cap  바보같이 나를 믿지 마  : no creas mis palabras tontamente

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JOOHEON X SUNHYE
HACE SIETE AÑOS

Bobby y Sunhye no recordaban el momento en que comenzó su amistad, desde que su memoria se lo permitía aparecían en los recuerdos del otro junto a Jinhwan. Nunca habían salido de Seúl y seguramente el mayor número de horas que habían pasado separados había sido el equivalente a un fin de semana.

—¡Más alto Bobby! ¡Más, más!—chillaba una Sunhye de dieciocho años desde el columpio. Los niños que jugaban en el parque los miraban como si estuvieran locos. ¿Pero quién podía resistirse a un columpio vacío en un tarde de otoño?—. Quiero tocarla luna.

—No puedes, para eso tienes que ser astronauta y estudiar mucha física. Tengo entendido que la odias—dijo él empujando a su amiga desde la espalda para que se elevará más alto. Jiwon observó como Sunhye subía y su pelo quedaba flotando por unos instantes dándole el aspecto de ingravidez. Ella se giró en lo más alto de su trayectoria y amplió su sonrisa. Jiwon escuchaba su carcajada lejana, pero para él el tiempo se había detenido y no existía nada más que aquella aspirante a astronauta flotando en un columpio.

—Conseguiré tocarla ya verás, algún día de una manera u otra.

—¿Estás hablando metafóricamente? Espero que luego no cojas un maldito dibujo de una luna y lo toques diciendo"Mira Bobby te lo dije"-le imitó Jiwon exagerando la voz aguda de ella.

—¡Yo no hablo así!—se quejó Sunhye frenando el columpio con sus pies sobre el suelo arenoso.

Yi ni hibli isi—Jiwon continuó con la voz cada vez más cercana a la de un bebé que a la de su amiga. Sunhye se levantó del columpio y empezó a perseguirlo con el puño en alto clamando vendetta, pero acabaron exhaustos tumbados sobre un tobogán lo suficientemente ancho para acoger a los dos jóvenes.

—Yo te regalaré la luna Sun, esa y las veintitrés que tiene Saturno su hace falta—dijo Jiwon con los brazos extendidos mirando al cielo cada vez más oscuro por la proximidad de la noche.

—¿Me lo prometes? Si no lo cumples le diré Jinhwan que vengue mi honor.

—No te hace falta a Jinhwan, tu pegas mejor que él-rió Jiwon girando la cabeza hacia su amiga.

—Lo se, solo estoy intentando comprar su amor con halagos por si alguna vez tú y yo nos enfadamos, así se pondrá de mi lado—Sunhye giró su cuerpo escondiendo su mano bajo la mejilla.

—Lo prometo, Sunhye.

Se quedaron unos instantes mirándose, aunque bien podrían haber sido horas y Jiwon no se hubiera percatado. Sunhye acercó su rostro al de Jiwon y depositó un cálido beso sobre sus labios, pero él no se movió.

—Gracias Bobby, da por hecho que te reclamaré esas lunas a pesar de que tomemos caminos distintos.

En ese momento no se imaginó cuanto de realidad iba a tener la frase que acababa de pronunciar. Había sido el primer beso de Jiwon, con la chica que adoraba desde el primer minuto que la conoció, pero sabía que Sunhye era un espíritu libre que no había que intentar atrapar, así que nunca le comentó el tema. El beso que para él tanto había significado era un mero gesto espontáneo de agradecimiento para ella. Jiwon extendió por completo sus brazos notando el vacío que dejaba Sunhye cada vez que se iba. Siempre era así cuando quedaban, en el momento que ella decidía y sin mediar palabra se marchaba. A veces cuando se encontraban con grupos de gente a Jinhwan y a él mismo les costaba darse cuenta de la falta de la chica, era demasiado silenciosa cuando les dejaba. Jiwon dejó salir todo el aire de los pulmones hasta notar que necesitaba inspirar nuevamente, era una costumbre que tenía desde pequeño y que le relajaba. Se levantó tras unos minutos y salió del parque pensando en el siguiente rap que escribiría sobre ese momento aún sabiendo que Sunhye nunca se daría cuenta de ello.


Y cuando Sunhye tomó su camino unos años después, Bobby sintió que se le caía el mundo encima. Los fin de semanas separados se convirtieron en largas semanas, pasaban los días y ella no respondía a los mensajes ni a las insistentes llamas. Se encerró en su habitación, a penas podía respirar, sus piernas no le sostuvieron durante mucho tiempo. Solo permitía que Jinhwan entrara en su habitación de vez en cuando, pensando que el dinero había sido su único gran problema, descubrió que los sentimientos dolían más que tener una puerta que se caía a cachos. La voz de Sunhye sonaba en sus sueños, pero un día la escuchó al otro lado de la pared susurrando con Hanbin, pero esa es otra historia que tendrá su momento.

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