Capítulo 4

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-Sabes, Gregory... -Evelyne rompió el silencio durante la cena, esperó a que este elevase la mirada para proseguir-. Esta tarde sucedió algo un tanto extraño. Hace unas horas, oí a Anukis ladrar en el jardín: parecía exaltada.


Seguidamente, los celestes ojos del chico se posaron sobre la mascota de la familia. La hembra de gran danés estaba tumbada a sus pies y, en cuanto esta notó un mínimo de movimiento por parte de su viejo compañero, Anukis lo miró, con la ilusión de que le diese un pedazo de su cena reflejada en sus ojitos.

El rubio tragó saliva: ambos sabían que ella era un animal que raramente ladraba, a excepción de cuando algo no andaba bien o un extraño se cruzaba en su camino. Probablemente hubiese visto al chico francés salir desde casa del árbol, y por ello se puso nerviosa.


-¿Ah, sí? -este se rascó la nuca, tratando de no darle importancia al asunto-. Bueno, tal vez hubiese visto un pájaro. Sabes que adora correr tras ellos.

-Oh, claro...


En ese mismo instante, en cierta casa del árbol próxima a la residencia de los Fields, un cansado Topo llenaba su estómago con un sándwich mixto que había comprado con el inglés volviendo de Tweek Bros. Coffee. Mientras, hojeaba un cuaderno que el mismo Gregory le había dejado.


-Toma -antes de despedirse, Gregory le hizo entrega a Christophe de un cuaderno-, son los apuntes de hoy. Si vas a continuar faltando a clase, sería bueno que los revisaras. Tendremos los finales dentro de poco.

-Ugh, ya te dije que no necesito nada de eso. Me importan una gran mierda los finales.

-Pero, ¿acaso no te gustaría graduarte con todos nosotros al final?

-Gregory -El Topo suspiró, y miró a los ojos a su socio con un semblante serio-. Por mí, "todos vosotros" podéis besarme el culo.


El chico de ojos azules resopló, dándose por vencido. Su viejo amigo era un completo caso aislado. Siempre lo había sido.


Era cierto, a Christophe le importaban bastante poco los exámenes, el instituto y sus "compañeros". ¿Por qué debía preocuparse por graduarse junto a ellos? Estupideces.

El francés leía por encima las páginas del cuaderno, la teoría no parecía demasiado complicada. Solo había un detalle que le sacaba de quicio: todo estaba en perfecto orden, y la cuidada caligrafía de Fields le parecía de chica. Al contrario que la suya, totalmente desordenada e ilegible. Eran tan distintos, ¿cómo permanecían juntos todavía?

[...]

A la mañana siguiente, Gregory se topó con el mercenario, quien lo esperaba delante de su casa (por supuesto, lo suficientemente lejos para el alcance de la mascota del rubio). ¿Acaso pretendía ir al instituto? Pensaba que se trataban de imaginaciones suyas.


-No digas una sola palabra -murmuró el más alto, con el ceño fruncido-, no hagas que me arrepienta. Y que conste que voy porque no soportaría tener que estudiar de tus "apuntes perfectos" y tu "letra de chica". Me provocan náuseas.


Gregory no pudo evitar sonreír, con cierto aire provocador. Adoraba enojar al chaval, le parecía bastante gracioso que se pusiese a la defensiva tan fácilmente.

Love is our Resistance | South Park - GregstopheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora