Nota 36

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(Narrador omnisciente)

- ¡Ya basta! - grito Liam con lágrimas corriendo por sus mejillas.

Ya estaba harto.

Sabía que lo que le había pasado a Jaiko fue su culpa, sabía que no tenía que haber nacido, sabía que su propia madre no lo quería.

El mismo ya se odiaba, pero estaba harto, no aguantaba más, tenía que soltar lo que llevaba dentro o se rompería, así se sentía él.

- No tienes que repetirme las mismas palabras a cada instante ya me las sé de memoria. Fue mi culpa, ya, lo sé.

Las lágrimas no paraban y el nudo en su garganta se hacía cada vez más grande.

- Tu... No sabes lo que daría porque me abraces, me sonrías, me mimes, me digas lo mucho que me quieres. No lo sabes ¿Verdad? Eso es porque solo piensas en ti. Quizás fuiste violada, pero yo no estaba ahí para evitarlo. Pero de alguna forma siento que lo que te paso fue mi culpa porque siempre estas repitiéndomelo. Me desprecias y me odias como si yo fuera aquel que te ataco. Ya no creo aguantar esa mirada que me das cada vez que me miras. Todo este tiempo he tenido que conformarme con tu trato y siempre me preguntaba que había hecho para que me trataras de ese modo. ¿Porque no me quiere? ¿Por qué me odia? ¿Qué le hice?. A pesar de todo yo te quiero como no tienes una idea. ¿Podrás algún día quererme como yo a ti?

Liliam (La mama) se había quedado en shock, estaba muda e inmóvil.

Era cierto. Solo había pensado en ella. No había pensado en lo que sentía Liam, en como lo dañaba su trato.

El niño era la viva imagen de aquel sujeto, así que no pudo evitar tratarlo de tal forma cada vez que lo veía, le dolía, pero ya lo entendía. Así como ese tipo le había hecho tal aberración, ella también le había hecho una a su hijo. Lo lastimo y aplasto sus sentimientos, se convirtió en un monstruo, así se consideraba.

Cayo al suelo de rodillas y lloro, lloro como lo hacía todas las noches que recordaba aquel suceso que marco su vida para siempre. Se sorprendió al sentir una mano en su hombro, levanto la vista y lo vio. Vio a Liam, a su hijo, no a aquel sujeto que le hizo tanto daño, vio a su pequeño tesoro.

Mama... ¿Porque no me quieres?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora