capitulo 2

11 0 0
                                    


Me Despierto con el irritante sonido de la alarma de mi teléfono, si,soy la típica que cuando suena el despertador le entran instintos asesinos, pero ¿a quien no?.

Alargó El brazo y cojo mi teléfono para poder apagar la alarma, pongo el pulgar en el único botón del teléfono para que se desactive pero no sé por qué no va y la alarma sigue taladrándome los oídos,joder,¿ a quien se le ocurriría poner esa tortura como alarma?,pues a mi ¿ a quien si no?.

Después De unos cuantos intentos por fin consigo quitar la alarma, nada más que pueda me cambio de teléfono, tiene por lo menos unos cuatro o cinco años y quinientos golpes, si le presionas en el lado derecho de la pantalla empieza a volverse loco y lo tengo que apagar.

Dejando Mi horrible teléfono a un lado me levanto de la cama y me voy directa al baño para poder lavarme los dientes, peinarme y todas esas cosas que a casi todo el mundo le da pereza hacer nada más que se levantan, una de ellas yo.

Cuando Terminó salgo del baño y cojo la ropa que elegí ayer por la tarde para ir a la mansión de los Brown, me pongo unos pantalones vaqueros cortos, una camiseta ancha color turquesa que deja al descubierto uno de mis hombros y unas sandalias.

Hace Un calor impresionante el verano no ha hecho más que empezar y el calor que hace es casi agobiante, me miro en el espejo y me recojo un moño en lo alto de la cabeza, cuando está hecho lo deshago un poco para que le de un aire más desenfadado.

Salgo De mi habitación y bajo las escaleras para desayunar, ayer bajé las dos maletas con mis cosas al piso de abajo para así solo tener que meterlas en el coche y ya está.

Llego Al salón y veo que están todos hablando sentados en la mesa, mi madre, mi padre y mi hermano, Alex tiene un año más que yo, después del verano se va a ir a la universidad,  va a ir a Seattle y eso a mí madre no le hace mucha gracia ya que esta bastante lejos de Los Ángeles. Saludo a todo el mundo y me siento en mi sitio de la mesa.

-¿ya lo tienes todo listo? - pregunta mi madre echándome zumo de naranja en un vaso.

-si, ya está todo, solo me queda ir a por mi teléfono que está arriba- cojo una tostada y le unto un poco de mantequilla- ah mamá,ahora van a venir Daisy y Madison para despedirse de mí ¿vale?, ¿no te importa, no?-

-no, claro, lo único que tiene que ser rápido que tienes que llegar allí a tiempo- dice mi madre sonriéndome desde el otro lado de la mesa.

-esos tíos son la leche, hacen unas fiestas que flipas - dice mi hermano hechando se un poco de leche en el cuenco donde acaba de echar sus cereales favoritos, aunque yo creo que están asquerosos, una vez los probé y casi me muero por intoxicación.

-deja de decir chorradas Alex, que tu hermana lo que va es a trabajar,cosa que deberías ir planteándote tú también este verano, que la residencia en Seattle no se va a pagar sola- dice mi padre con su tono de regaño pero en realidad se ve perfectamente que esta de broma por la sonrisa que amenaza por salir de sus labios tapados por el bigote que siempre lleva, por que todos sabemos en esta mesa que mis padres lo pagarán todo.

-uuuuu- digo yo entre risas para molestar a mi hermano mayor.

Mi Hermano no se queda quieto y empieza a alborotarme el moño que me había recogido antes en mi cuarto. Cuando ve que lo ha conseguido empieza a reírse a más no poder.

-tío eres imbécil de verdad te lo digo, no me extraña que no tengas novia, ¿quién va a ser capaz de aguantar te a ti ? - le digo apartándome de la mesa para poder volver a recogerme el pelo sin que caiga ningún pelo a la mesa. Mi hermano sigue riéndose de mí y mi madre interviene.

CUANDO LAS CHISPAS COMIENZAN A SALTARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora