Prologo

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Observe como a Jimmy lo perseguían los médicos para inyectar en él un tipo de medicina. Jimmy corría, corría y corría; "¡Dios! ¿De dónde saca tanta energía?" pensé, los médicos lo lograron alcanzar y le inyectaron el medicamento en su brazo dejándolo enseguida algo sedado.


-Pobrecito, ¿no? –pregunto en seguida una voz al lado mío. Volteo y ahí estaba ese chico de ojos mieles otra vez-


Hace algunos días lo había visto rondando por aquí, pero había días en que lo veía y había días en que no, quizás también este aquí por algún trastorno o algo raro que los médicos dicen.


-¿Eres tímida o algo?–pregunto y frunció el ceño-, ¿tienes alguna enfermedad que no te permite hablar? –volvió a preguntar-

-No –dije en un susurro-

-Oh, perdón –volvió a su vista a Jimmy que ahora se encontraba tirado en el pasto mirando las nubes pasar-, ¿crees que ahora este bien?

-Las inyecciones siempre lo calman

-¿En serio? –pregunto intrigado-

-Sí, si no lo inyectan se deprime asi que supongo que las inyecciones le hacen bien

-¿Lleva mucho tiempo aquí? –pregunto-

-Bueno cuando yo llegue ya él estaba, asi que supongo que si –dije y sus ojos mieles voltearon a verme-

-¿Tu llevas mucho tiempo aquí?

-Llevo dos meses aquí

-¿Que tienes? –pregunto y me quede callada-


La verdad ni yo misma sabía que tenía, solo sé que un día mi mamá me interno en este hospital psiquiátrico porque según ella estoy loca... solo me deprimí un poco y ya ella piensa que estoy loca.


-Perdón no debí preguntar –dijo el apenado agachando su cabeza-, por cierto me llamo Drew –se presentó colocando su mano derecha al frente mío-

-Ellie -tome su mano estrechándola y su boca se curvo mostrando una hermosa sonrisa-

-Ahora si me disculpas tengo una cita pendiente con el psicólogo de aquí –dijo haciéndome reír, su sonrisa se abrió mas mientras se levantaba para irse-, por cierto Ellie-lo mire-, eres muy hermosa –dijo y sin más se fue, dejando mis mejillas algo más que coloradas-.


Por fin algo nuevo e interesante aparte de los pacientes con trastornos mentales pasaba en este lugar, por fin alguien que no parecía estar tan dañado.

Por fin la porquería de mi cerebro me dio algo bueno.


A el chico que me salvo la vida - MiniHistoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora