Capitulo 1

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¿Han notado como los médicos miran a tu mamá cuando algo malo sucede?, se supone que los médicos deben tener empatía con el paciente, se supone que no deberían preocuparlos más de lo que ya normalmente deben estar, pero si una persona te mira con cara de lastima usualmente sabes que algo está mal, digo, alguien no te va a mirar con cara de lastima solo porque sí.

Eran las diez con cinco de la mañana y la psicóloga aún seguía evaluándome, todavía siguen con el tema de que me sucede algo.


-¿Entonces me dices que ha ido todo bien? –me pregunto como si yo fuera una niña pequeña, ¡Dios tengo dieciocho años, no soy una bebe!, exclame dentro de mí-

-Sí, todo excelente –dije de forma sarcástica a lo cual ella lo noto-

-Ellie tienes que colaborar o si no el tratamiento no va a funcionar

-Pero Doctora Mayoly yo no estoy loca, estoy bien –dije soltando un suspiro-

-Entonces, ¿por qué tu mama te trajo aquí? –pregunto ella y mire a mi mama con algo de desprecio a lo cual ella sollozo un poco-

-Estaba deprimida ok –aclare-, ¿o es que acaso no es normal que alguien se deprima?

-Sí, es normal eso linda, pero tu depresión era a un nivel mayor

-Pero ya estoy bien

-No, no lo estas –me discutió-, la depresión no es un juego linda, no es algo que inventas solo para llamar la atención de tus padres, si una persona llega a caer en depresión puede estar en peligro

-Pero ya yo sali de ella

-Ellie mírame –dijo y puse mis ojos directos en ella-

-¿Que?

-Tu solo no tienes depresión –la mire sin entender-, linda tu enfermedad va mas allá, te quiero preguntar algo, vale –dijo y asentí con lentitud-, ¿tienes un mejor amigo o amiga? –Pregunto y su pregunta se me hacía algo rara-

-No, no tengo mejor amigo ni mejor amiga

-¿Tienes amigos?

-No –dije casi sin pensarlo-, es mejor estar sola que mal acompañada –dije y ella asintió, pero en su mirada pude notar algo más-

-¿Últimamente has conocido a alguien? –Pregunto y en seguida se me vinieron a la mente todos los chicos del hospital-

-Pues los que están internados aquí –dije y por la ventana de la oficina de la doctora paso Drew sonriéndome a lo cual yo igual le sonreí-

-¿Alguno te ha hablado? –Pregunto la doctora y volví la mirada a ella que tenía su ceño fruncido-

-Pues sí, algunos

-¿Uno en especial? –pregunto-

-¿A dónde quiere llegar? –Pregunte algo estresada-, no tengo novio si a eso es lo que se refiere –dije casi gritando-

-Ellie relájate, estamos hablando tranquilamente, ves –dijo señalándonos y solté un suspiro-, no me refería a un novio, si no a un chico o chica que quizás te haya demostrado confianza –busque en mi cabeza, pero nada-

-No, ninguno –dije y minutos después la sección se terminó-


¿Un chico que me haya demostrado confianza?, pensé ahora en mi cabeza mientras atravesaba el patio del hospital hasta el comedor, era medio día y mi estómago lo sabía.


-¿Has notado todos los unicornios que nos rodean? –pregunto la pequeña Alicia al lado mío, mire a todos lados y solo pude ver un montón de enfermemos mentales-


Alicia padecía esquizofrenia, tenía solo diez años de edad y era algo triste de presenciar, su mente imaginaba muchas cosas, unicornios, caballos, sapos que saltaban sobre nuestras cabezas y la peor de todas, culebras que se sobaban nuestros pies. A fin de cuenta creo que el nombre le quedaba bien, ella parecía vivir en un mundo de maravillas.


-¿En dónde Alicia? –Pregunte mientras tomaba mi bandeja del almuerzo-

-¿No los ves? –Dijo señalando un punto del lugar-, son hermosos y ¿sabes que es lo mejor? –Pregunto mirándome con esos grandes ojos verdes-

-¿Qué es lo mejor? –Pregunte mientras nos sentábamos en una mesa-

-Son libres, salen, juegan y corren por donde quieren –dijo de repente colocándose triste-, no como nosotras que estamos casi en una cárcel

-Esta cárcel te va a ayudar Alicia –dije y ella solo encogió sus hombros comenzando a comer-

-¡No me gusta esta comida! –exclamo esa voz que no he podido sacar de mi mente, volteo y ahí está el acomodándose al lado mío dispuesto a comer-, hola Ellie

-Hola Drew –lo salude igual-

-Hola niña –saludo Drew a Alicia pero ella solo siguió comiendo-

-Alicia, Drew te está saludando –dije, ella me miro triste y volvió a comer-, discúlpala está en su trance otra vez

-Tranquila –sonrió el mientras se metía un cucharada de granos en la boca-, ¿y cómo te fue hoy?

-Bien –tome un poco de jugo-, creo que mi psicóloga esta mas loca que yo –dije y el rio-

-Yo siempre he dicho que para hablar y comprender a los locos tú también debes serlo –dijo y en su frase tenía mucha verdad-, ¿no tomaras tus pastillas? –pregunto al ver mis dos pastillas en mi bandeja todavía-


En cada comida nos ponían unas pastillas en las bandejas especiales para cada uno y se supone que nos las teníamos que tomar, pero yo estoy bien, asi que ¿por qué tomármelas?.


-Luego –le dije para despistarlo-

-¿Por qué algunos no les ponen pastillas? –pregunto el a ver que no a todos les ponían pastillas en sus comidas-

-Pues asi sabes que tu nivel es crítico, no eres capaz ni de tu mismo tomarte unas míseras pastillas entonces se las inyectan

-Oh entiendo, por suerte a mí me ponen pastillas –dijo sonriendo-

-¿Por qué estás aquí? –pregunte y el miro su comida-, si no me quieres decir no te preocupes

-Soy suicida

-Ahh, ¿eres depresivo?

-No, suicida –aclaro-, no estoy depresivo, solo que hay mucha mierda en este mundo como para que haya más –dijo riéndose-

-No pareces ser suicida

-Lo sé, por la sonrisa ¿verdad? –Pregunto y asentí-, ahí está la clave, en la sonrisa –señalo su hermosa sonrisa, sí que era hermosa-, tu sales a la calle, vez a todos sonriendo y hablando, pero lo que pocos saben, es que todo están muertos por dentro –explico-, solo que hay unos que si hacen algo respecto a eso

-Y de ahí el suicida –dije-

-Exacto, digo si estás muerto por dentro para que estar vivo por fuera, mejor te mueres en los dos y ya

-Wow... –fue lo único que salió de mi mente ante esa teoría algo loca-

-Lo sé –asintió como si en su cabeza hubiese más locuras-, al menos yo si hice algo al respecto -dijo y comenzó a comer- 

A el chico que me salvo la vida - MiniHistoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora