Capitulo 3

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-Es hermoso Ellie –me dijo la mi psicóloga al ver el cuadro que había hecho-

-Parece que tengo dotes para pintar –reí-

-Sí, creo que si –sonrió-, ¿Por qué dibujaste a Drew?

-La señorita Cielo nos dijo que dibujáramos a la última persona que hayamos conocido, él fue la última persona que conocí

-¿Te agrada Drew? –pregunto-

-Sí, aunque tiene una ideas locas sobre el suicidio

-Parece un chico tranquilo, no parece tener esas ideas en la cabeza

-¿Cierto que si?, lo mismo pensé yo, pero supongo que aquí nadie es normal

-En eso tienes razón –dijo riendo-, ¿te has tomado los medicamentos Ellie?

-Sí, juiciosa como usted me dijo

-¿Segura?

-Si doctora, créame

-Yo te creo hermosa, confió en ti –ella sonrió-, ¿Cómo te ha ido con tu mamá?

-La odio, la odio demasiado

-¿Por qué la odias Ellie?

-Desde pequeña siempre trato de mandarme, siempre quería que hiciera todo lo que ella quería

-Es tu madre Ellie, tienes que obedecerla

-¡Claro que no!, ella no es mi madre, no creo que alguien como ella puede ser mi madre

-Es feo que te expreses asi de ella

-Ella me hacía cosas malas cuando estaba pequeña, ella me pegaba –la mire-, se es que es algo malo lo que le voy a decir pero a veces quisiera matar a mi madre

-¿Por hacerte daño?

-Si –mire el reloj en mi mano, marcaban las tres de la tarde-, ¡debo irme!

-¿Por qué?, apenas empezamos

-Lo se doctora, pero hoy veremos una película en la sala de video y Drew me está esperando

-¿Te gusta Drew, Ellie?


Mire el suelo pensándolo un poco, en realidad no era mi tipo, bueno no tenía un tipo, Drew era linda, muy lindo, pero no sé si el estar con una persona con problemas mentales era bueno para mí, mi mamá de seguro pensara que estaría más loca de lo normal y seguiría aquí internada, y no, no quiero eso.


-No, no me gusta –le respondí por fin sonriendo-

-El que te guste alguien no es algo malo Ellie

-Lo sé, pero no me gusta

-Está bien –me sonrió-, te puedes ir Ellie


Sali casi corriendo de aquel consultorio, me dirigí enseguida hacia la sala de video encontrándome con todos acostados en el suelo encima de mantas, cojines o almohadas, mientras a lo lejos visualice a Drew que me hacía señas con su mano para que fuera hacia a el porque me había guardado un puesto a su lado.

Camine hacia a él y me senté a su lado.


-Hola

-Hola –me respondió sonriendo-, pensé que no vendrías

-Lo sé, la doctora me tenía encerrada preguntándome algunas cosas, ¿por qué aun no empiezan?

-La directora del programa está buscando una película apta para todos nosotros –fruncí el ceño-, ya sabes, para que nadie se llegue a alterar con alguna escena

-Oh, está bien y a ti, ¿Cómo te fue hoy?

-Ayer me administraron un nuevo medicamente ya que la vez pasada que estuve con la psicóloga me dijo que mis pensamientos suicidas no se habían ido, pero ese medicamente me hace dormir mucho

-Es un calmante

-Supongo, pero no me gusta, no me gusta sentirme asi, como si de cosa caminara por los pasillos pero no puedo reconocer a nadie, es feo

-Como si estuvieses adormilado

-Algo asi, ¿y cómo te ha ido a ti y a las medicinas?

-No me las estoy tomando, estoy bien

-¿Cómo sabes que lo estás?

-Cuando llegue aquí siempre discutía con mi psicóloga

-¿Ahora no?

-Ahora no, estoy participando en todos los talleres eso me dará créditos para salir de aquí

-¿Estas segura?

-Sí, mucho –dije sonriendo-

-Deberías tomar los medicamentos

-No, no lo hare Drew, estoy bien

-Por algo te los mandan Ellie


Y de la nada Drew paso a ser un enemigo en mi cabeza, mi mente tenía ese algo que me hacía ver de la nada a alguien convirtiéndose en una mala persona, siempre sucedía cuando me contradecían en algo, pero esta vez paso diferente, esta vez es como si mente quisiera que lo viera como mala persona pero a la vez no.


-No quieres que me vayas, es eso, ¿cierto? –dije y el sonrió-

-No, no quiero dejar de verte nunca

-Drew...

-Me gustas Ellie, era la única persona cuerda en este lugar, me caíste bien desde el primer momento, me gusta como piensas, como es tu mente, como luchas por ser quien eres sin importarte los demás, me gustas

-Pero yo no sé si tú me gustes

-Yo sé que si –lo mire extraño-

-¿Cómo lo sabes?

-Por esto –dijo y sin más me beso, fue un beso raro, pero lindo, daba paz, mucha paz lo cual era bueno-


La película comenzó de pronto haciéndonos separar, el me sonrió y coloco su mano rodeando mi espalda abrazándome mientras veía la película comenzar, pero yo aún no podía dejar de verlo, si, también me gusta. 

A el chico que me salvo la vida - MiniHistoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora