IV Peligros

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- Por qué tienes que hacer esto precisamente ahora? - Jessi se levantó de donde estábamos sentados, se tapaba la cara con sus manos en señal de frustración, en ese instante tuve claro que no era el mejor momento, aparte de que me sentí mal por tener este impulso de decirle esto cuando hace tiempos debí haberlo hecho, no quise hacer las cosas peor de lo que estaban, me levanté, me acerqué a ella, me daba la espalda, así que tomé su mano, le di la vuelta, y la abracé, ella lloraba, yo sabía que ella se sentía impotente, igual que yo, no dije nada, nada más acaricié su hermoso cabello, estuve junto a ella por casi media hora, solo tranquilizándola, ella me volvió a ver y me sonrió, sabía que ella y yo podíamos estar juntos, simplemente tengo que dejar que las cosas vayan poco a poco

- Tú me diste fuerzas cuando yo estaba más perdido, ahora quiero devolverte el favor, quiero que no pierdas la esperanza, saldremos de aquí, te lo prometo

- Gracias Marco, ya me siento mejor, sigamos buscando la salida - Sólo he visto llorar a Jessi 2 veces, en el funeral de Kevin, y hace como una hora, ella es una persona sumamente fuerte, y me duele verla sufrir
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- No puedo creerlo, estoy seguro de que era por aquí

- Marco, tendremos que esperar

- No, no podemos esperar más, tenemos que salir ya

- Los celulares no funcionan aquí,  hemos gritado muchas veces, pero nadie nos escucha, creo que debemos esperar

- No, no, no... - Estuve a punto de reaccionar con enojo, pero, que bien haría eso, solo empeoraría las cosas, provocaría un ambiente más tenso, más de lo que ya es, Jessi no se merece que actúe así - Si, tienes razón Jessi, mejor esperaremos, tenemos bastante comida, pero hay que racionarla, debemos comer algo para estar fuertes

- Totalmente de acuerdo contigo Marco

- Quieres que te prepare algo?

- Claro Chef Armando

- Ja Ja Ja, que gracioso - conseguí ramas y hojas, con el encendedor hice un intento de fogata que salió mal, pero aunque sea  se podía cocinar, hice bisteks y jamones cocidos, los acompañamos con tortillas, y tomamos agua, mientras comíamos, escuché algo en los árboles, pisadas y gruñidos

- Jessi? - estaba susurrándole para no ser escuchado por lo que sea que estuviera afuera

- Si?

- Le hice señas para que viniera conmigo, dejamos los salveques, y nos escondimos detrás de unos arbustos, dejamos la comida también como carnada, la niebla era densa, tanto que no veía la forma de lo que se acercaba, solo oía gruñidos y más gruñidos, escuchaba algo acercarse, más, y más, y más, y entonces pude distinguir algo, eran jabalíes, que llegaron por el olor del jamón y del bistek, "uff" decía en mis pensamientos, que salvada, estaba a punto de salir cuando oí un ruido horrible, que cada vez era más fuerte, nos dejó aturdidos a Jessi y a mí, nos tapamos los oídos, yo veía a los jabalíes, no se podían mover, después vino un sismo que hizo que todo el suelo se moviera, y a lo lejos divisé dos masas extrañas que venían debajo de la tierra, preparados para atacar a los jabalíes, y así sucedió; "las historias son reales" decía con mucho miedo, pero las historias no decían lo aterradores y violentos que eran esos bichos, con sus largas garras afiladas, su rapidez bajo tierra, su forma parecida a la de un topo, ojos naranjas, y su hambre voraz, no dijimos nada ni nos movimos, tuvimos que esperar hasta que se comieran hasta los huesos de los jabalíes, y se fueran, buscando otra presa que atacar, Jessi me abrazó, estaba temblando sorprendida, igual que yo, y si ellos son así, definitivamente no quiero encontrarme al guardián del bosque.
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Bosque nubladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora