A broken promise... TERMINADA (Michael Clifford)

¿Quién te dijo eso?

Capítulo 2

Ellie:

Cuando estuvimos de vuelta en el piso, fuimos a tomar café a Starbucks. Y como fiel amante del moccachino, eso fue lo que pedí, junto con uno de los deliciosos muffins con chispas de chocolate de la tienda. Estos muffins son simplemente perfectos.

Comimos en el segundo piso mientras hablábamos de que aún no veo 'Forrest Gump' y de que él aún no ve 'Mi villano favorito'.

Mañana veríamos esas películas, pues era sábado y tendríamos todo el día libre y no habrían problemas con tiempo ni horario.

Hoy sólo caminaremos o nos sentaremos bajo un árbol a hablar y escuchar música, al fin y al cabo, tenemos toda la vida para ver las películas.

-¿Minnie?-dijo de repente mientras nos acomodamos bajo el árbol.

-¿Qué pasa?-respondí luego de un suspiro de cansancio, me había dolido sentarme en el suelo. Vaya rareza.

-¿Nunca has pensado volver a Australia?-preguntó y me quedé pensando.

¿Volver a Australia? ¿Al lugar donde creí tener amigos? ¿Donde mi padre engañó a mamá? ¿Donde mi distancia con Mali se hizo enorme por un jodido mal entendido?

Nunca si quiera había pasado la idea por mi mente.

-No-susurre, recordando muchas cosas que no me gusta recordar-. ¿Y tú, Mickey? ¿Lo has pensado?

Mamá es muy amiga de la mamá de Michael, además de que a su padre lo transfirieron a Londres por el trabajo, así que se vino dos meses después que nosotros, Luke y su madre y hermano ya vivían acá hace cuatro meses y Ashton vivía en Inglaterra desde hace casi tres años.

-Sí, pero todos esos pensamientos terminan mal y cualquier ganas de volver, se esfumam-sonreí ligeramente-. Ven aquí.

Me abrazó contra su pecho y yo lo rodeé con mis brazos, miré su cabello rosa y tuve una idea de regalo para Mickey.

Un peluche de un pony rosa, no recuerdo el nombre, pero creo que sale en la serie infantil 'My Little Pony'.

Y por si cabe dudas: sí, veo la serie y veo Discovery Kids así como veo Discovery Channel. No hay problema, ¿verdad?

Estuvimos un rato abrazados, hasta que Mickey habló:

-¿Minnie? ¿Qué pasaría si te hicieran bullying en tu nueva escuela? A la que irás el próximo año.

-No creo que lo hagan, Mickey-dije pensativa-. No soy tan rara.

-Usas remeras de My Little Pony y al día siguiente de Iron Maiden, Minnie. Llevas un gorro de lana de Minnie y Mickey Mouse y al día siguiente un snapback de los Lakers, bebé. No eres rara como persona, pero sí tú vestimenta. No quiero que te traten mal.

-No pasará nada, tranquilo, e incluso si me tratan mal, no será la primera vez.

-Pero antes yo golpeaba a esos chicos, tú no les dices nada, dulzura-dijo acariciando mi cabello. Hice una mueca pero era verdad.

-No importa, no pensemos ahora en eso-dije abrazándolo más fuerte.

-No quiero que te cambies de escuela-susurró.

-Tampoco yo. No sé porqué debo cambiarme-dije con el mismo tono.

-Porque allí no es obligatorio hacer educación física.

-Cierto. Quisiera no tener lo que sea que tengo.

-También yo. Pero no podemos hacer nada.

-Cierto otra vez.

Michael:

Cuando volvimos a casa, los chicos estaban tirados en el sofá, Luke miraba a Mindy, que estaba junto a él, babeando.

-Luke, ¿te presto un balde para la baba?-dije con el mismo tono que él de hace un rato.

-Cállate, Clifford-dijo rojo como un tomate. Reí y Minnie igual.

-Hola, Mindy-saludó Ellie a Mindy.

-Hola, Ellie-respondió ella.

Saludamos a todos y subimos al cuarto de la morena linda. Nos tiramos a la cara con los pies colgando de la orilla y mirando al techo.

-A veces, sólo quiero dormir por siempre y no ver a nadie nunca más-dije sin mirar a Minnie-. Luego te recuerdo, pienso en ti y quiero vivir por siempre sólo para seguir viéndote-ahora sí la miré y ella se sonrojó.

-Gracias-susurró apenas con voz.

-¿Por qué?

-Por hacerme sentir especial-dijo. La rodee por el cuello con mis brazos, ella rodeó mi cintura y acaricié su cabello.

-Tú eres especial, bonita-ella se sonrojó de nuevo.

-No, no es cierto. Nadie se fija en mí y todos se fijan en la gente especial-dijo bajito.

-¿Y qué hay de mí?-acaricié su mejilla.

-Tú te fijas en mí viéndome sólo como una amiga.

-¿Quién te dijo eso?