P A R 💗

🌹

Tendido en su cama con su vista clavada en el techo pensando en mil cosas y a la vez nada. Las lágrimas empezaron a salir de una por una teniendo un temblor en su labio inferior.

Se aguantaba las ganas de llorar, odiaba ese sentimiento de vacío y soledad dentro de él y al no soportarlo más soltó todo lo que se había acumulando esos días en su pecho en un sollozo de dolor puro.

Con la bocamanga de su camisa se limpiaba todas las lágrimas que le salieron a mares, tratando de tranquilizarse mientras soltaba muchos gemidos. Tres semanas pasó desde que V le dijo tales palabras que para él fueron las más crueles.

- Minnie.

Se cubrió la cara con su manta, no quería que lo viera así de destrozado, así de vacío, sin ganas de nada; no quería verlo.

- Minnie...- volvió a escuchar el susurro.- Cachorro...- le acariciaron la espalda cuidadosamente.

- ¿P...por qué hyung...- se trabó por la dificultad de respirar al echarlo todo para llorar.- ¿Po..por qué se alejan d...de mi?

El fantasma con un ceño de tristeza sólo miraba al cuerpo tembloroso bajo esas sábanas, le dolía ver así a lo que fue un día su preciado Omega.

- ¿Q..qué hay de mal en mi?

Sintiendo un fuerte dolor en su pecho empezó a llorar sin emitir ni un sonido. Su Jimin lloraba, estaba ahí, destrozado con su mundo derrumbándose, frente a él sin poder hacer nada.

El pequeño cuerpo se descubrió hasta las caderas mirando con desesperación y dolor, intentó hablar pero solo salían pequeños jadeos, sus labios tenían un ligero temblor al abrirlos, con miedo de decirlo pero saliendo en un susurro perfecta y torturosamente para los oídos del fantasma.

- Qui...quiero m...morirme.

Yoongi se mordió el labio inferior negando repetidas veces la cabeza, el agua salada que salían sin control de sus ojos se hizo más intenso. Ahora el era el que no podía hablar.

Jimin se cubrió los ojos para evitar que más lágrimas salieran pero fallando, era tanto el dolor en su pecho que no le dolía el labio que mordía para acallar sus gemidos.

- ¿Por qué estoy solo? Yo....

Sin terminar su llanto ya no pudo aguantar soltando lo todo a gritos.

- ¡Ya no quiero sufrir! ¡Ya no quiero sentir dolor!

Giró su cara para mirar al fantasma, sin brillo en sus ojos si nada a cambio.

- N...no me de...dejes solo.- dijo dificultosamente.

Yoongi alzó su mano para acariciar su rostro, o al menos intento sentirlo ya que sus dedos atravesó la piel del omega, su alma estaba siendo torturada al ver a la persona que más amó en vida devastado.

- Lo...lo siento Jiminie.- susurro con su último aliento al sentir como le oprimía su corazón, él también llora al igual que el pequeño Jimin.

- Hyung...

- ¿Mande bebé?

- Te amo.

Sin esperar esa respuesta su boca se quedo sin palabras.

- No Jimin, debes buscar una pareja que te haga feliz ¡Yo no puedo!

Entro en histeria, eso no tenia que haber pasado, era lo que no queria, lo que deseaba aunque fuera su peor tortura por lo que hizo, deseaba que su Jimin fuera feliz con alguien que si podía darle todo lo que se merecia, ya que se merecía lo mejor del mundo.

Jimin miraba a Yoongi con más tristeza, sabía que iba ser rechazado, pero jamás se imagino que dolería demasiado. Hizo su ceño y se volteo a ver el techo.

- Yo...yo no puedo tocarte, no puedo darte nada. No mereces alguien como yo, mereces que te acaricien, que sientas que te amen, que te hagan la persona mas feliz de este estúpido mundo de mierda.- soltó un suspiro intentando tranquilizarse.- Yo no puedo hacer nada de eso.

Jimin ya no lo miraba, su mirada estaba perdida en un punto indefinido, vacía.

El pelinegro empezó a sentir como desaparecía, había fallado en su misión de tortura.

Pero en un rato, tan solo un momento sintió como Yoongi le acariciaba su cara intentando desaparecer las lagrimas.

Se sentó rápidamente emocionado sosteniendo la mano del fantasma, era verdad, lo podía sentir como si fuera de carne y hueso.

- ¡Hyung!

Por otra parte Yoongi sabía bien lo que sucedia, era su despedida, por última vez podía sentir y podía volver a tenerlo en sus brazos. Se lanzo rapidamente en un abrazo fuerte cayendo en la cama con él pequeño omega, y sin perder el tiempo le dio el más calido, puro y sincero beso en la frente, queriendo tramitirle todo el amor que sentía por él.

Al separarse miro por última vez sus bellos ojos, los cuales siempre adoro.

- Yo también te amo Minnie.- como si de una obra valiosa se tratase cuidadosamente le acariciaba su cara.- Nunca lo olvides ¿Si?...- le dedico su última sonrisa antes de desaparecer.- Siempre te ame Jimin, mi Minnie... Agradezco con toda mi alma haber sido fantasma pude estar para ti y amarte una vez más...

Aunque fuera sólo unos segundos volver a sentirlo, fue lo más hermoso de su vida.

Jimin sólo veía como iba desapareciendo.

- ¡NO...!

Intento apretar el abrazo pero ya se había ido para siempre.