Lo acorralé entre la puerta de mi habitación y mi cuerpo, besando sus labios y tocando cada parte de su cuerpo. Jadeaba mientras apretaba nuestras caderas sintiendo su miembro endurecer y el mío al paso también.
Se quitó la camisa y la tiró al suelo mientras yo desabrochaba su pantalón.
Lo cargué provocando que Jinyoung me abrazara con sus piernas. Recosté su cuerpo en la cama y besé su cuello, bajando por su pecho y abdomen, dejando pequeños besos humedos que lo hacían respirar con dificultad. Me puse de pie par poder quitarle lo que le sobraba de ropa y de paso quitarme la mía también.
-Te he extrañado como no tienes una idea- le susurré al oído.
-Yo más, Mark, no sabes cuantas veces estuve a punto de llamarte pidiéndote que volvieras, pero me cansé de sólo ser yo...- desvió la mirada. -Bambam me pedía que hablara contigo, pero me dejé rendir, podía tener paciencia con lo nuestro si no estabas preparado, pero si lo hacía, seguiríamos igual y no terminaríamos... no terminaría de hacernos daño, porque yo tampoco iba a poder vivir con la conciencia matándome por haber tenido relaciones con Bambam...
-¿Qué?- me separé de él. -me dijis... me dijeron que no lo habían hecho.
-Lo siento, Mark...
-Jinyoung... incluso llorabas diciendo que no lo habían hecho.
Me sentí adolorido cuando no dijo nada más, sentía que no podía respirar, mi corazón iba rápido. Quería gritar de la rabia.
Ya no sabía qué era verdad, no sabía si Jinyoung me hablaba con verdades o mentiras, ¿de verdad sentía cosas por mí? ¿me amaba?-Nunca me habían hecho tanto daño como tu lo has logrado.
-Perdóname, Mark. Ya me lo dijiste, me duele.
-¿Y tú crees que a mí no me duele esto?
Me puse de pie para comenzar a cambiarme.
Jinyoung me abrazó por la espalda recostando su cabeza en mi hombro.-No te vayas, no quiero sólo decirte que te amo porque es algo que lo has escuchado miles de veces...
-¿Cuántas veces lo hicieron?
-Mark...
-Quiero sinceridad, ¿cuántas?
-Dos... Pero tú y yo no éramos nada.- corrigió. Gran consuelo, Jinyoung.
-¿Y cuántas cuando estabas conmigo?- no respondió. -¡Habla!
-También dos...
-Tengo tantas ganas de meterles una golpiza.
Su labio inferior tembló e inclinando la cabeza.
-Hazlo, estoy acostumbrado.
Me dolió el alma cuando dijo eso, él no debería estar acostumbrado a esas cosas.
-Claro que lo haré.
Me miró.
Lo tomé de la cadera y pegando su cuerpo al mío lo besé con intensidad.
Lo recosté boca abajo y golpee su glúteo con fuerza, luego sobe con delicadeza. Repetí esto varias veces hasta que los gemidos de Jinyoung dejaron de ser quejidos y se convirtieron en gemidos de placer.Besé su espalda e hice que se posara sobre sus rodillas y codos.
Después de lubricarlo me adentré en él escuchando su lloriqueo.-Mark... no juegues conmigo...- dijo sujetando las sábanas con fuerza. Fui más lento y sus chillidos se hicieron más seguidos.