-¡No! ¡Voy a llegar tarde!
Corría a toda velocidad tratando de llegar al instituto antes de que cerraran las puertas, si llegaba tarde de nuevo me expulsarían. Pero no era mi culpa, estaba seguro de que el minion que se encargaba de cerrar las puertas me tenía manía, siempre me cerraba las puertas en la cara. Y esa vez no iba a ser una excepción. Las puertas se cerraron cuando estaba a escasos metros de ellas.
-¡Oh vamos! ¿Qué te he hecho para que me hagas esto?
Di un largo suspiro y me prepare para colarme por la ventana que Vladimir dejaba abierta por si llegaba tarde, solo esperaba que el profesor se tragara mi excusa. No me apetecía ser expulsado. Menos mal que mis compañeros siempre me ayudaban, gracias a ellos me había librado de un montón de castigos. Sin embargo sabía que era el momento de ponerse las pilas, los exámenes estaban al caer y llegar tarde no me ayudaría a subir la nota. Por desgracia para mí, ese no era mi día de suerte.
-¿En serio? -la ventana estaba cerrada y me era imposible abrirla desde fuera- estoy jodido.
Me di la vuelta, listo para volver a casa antes de que alguien me viera y me delatara (sí, eso pasaba a menudo). Pero al pasar por la puerta principal esta se abrió, dejando escapar una suave brisa de aire fresco. No dudé ni un segundo y entré cerrando la puerta tras de mí. Los pasillos estaban vacíos, pero me fijé en que alguien subía corriendo las escaleras hacia el segundo piso. Era una chica de largo pelo rubio recogido en una coleta, también pude distinguir que tenía unas orejas puntiagudas.
Ella debía de haberme abierto la puerta pues no había nadie más. En cierto modo ella me había salvado la vida, supongo que le debía una. No me demoré más y corrí hacia el salón de clases, por suerte el profesor aún no había llegado. Dejé las cosas en mi sitio y me acerqué a Vladimir, quién estaba hablando con Ahri. Le di un puñetazo en el hombro mirándole molesto.
-Au, ¿a qué viene eso? -se quejó él a la vez que Ahri reía.
-Sólo tenías un trabajo, dejarme la ventana abierta. Y no has sido capaz de hacerlo.
-Lo siento, se me ha pasado -se disculpó el campeón mientras se sobaba su brazo- de todos modos es tu culpa por llegar siempre tarde.
-Yo llego a tiempo, es solo que el bicho ese me tiene manía.
-Sí, eso será, ¿cómo has entrado? -preguntó Ahri.
-Ah, una chica me ha abierto la puerta. O eso creo.
Me senté sobre una mesa, Ahri y Vladimir me miraron algo extrañados.
-¿Y bien? Le habrás dado las gracias al menos -la chica se cruzó de brazos y me miró arqueando una ceja.
-Pues... Salió corriendo antes -respondí- ni siquiera sé quién es o cómo se llama.
-¿Cómo es?
-Pelo rubio y largo, además de unas orejas puntiagudas, es lo único que he podido ver.
-Ah, Janna.
-¿Janna?
Janna era una estudiante inteligente y trabajadora, aunque decían que era muy seria. Se podía decir que era la "nerd". Poseía el poder de controlar el viento. Le encantaba leer, siempre llevaba un libro con ella. Yo solo la había visto de pasada, nunca había hablado con ella. Me sorprendió bastante que me hubiera ayudado, cuando la viera de nuevo le agradecería su ayuda.
Segundos más tarde el profesor entró en el aula, su sonrisa burlona se esfumó al ver que yo estaba allí, tenía todo preparado para expulsarme por una semana. No se deprimió mucho, sabía que volvería a llegar tarde de nuevo y entonces podría castigarme. Todos se sentaron en sus sitios y en profesor empezó las clases.
[…]
Janna entró a su clase y se sentó, la profesora no le dijo nada, solo le miró brevemente. Ella le había dicho que iba al baño, era una alumna ejemplar por lo que no tenía motivos para desconfiar de ella. Había podido ayudarme sin ningún problema y sin que nadie se enterara, por lo que todo había salido a pedir de boca. Había oído hablar a los profesores sobre mi expulsión, además de que sabía que el minion que se encargaba de cerrar la puerta me tenía manía por una broma que le gasté hace tiempo. Ella había querido ayudarme, aunque no podría hacerlo siempre. “Más le vale empezar a llegar pronto a clases.” Pensó.
Al contrario que yo, ella sí se había fijado en mí. Conocía a todos los alumnos de la escuela pero curiosamente nunca había hablado conmigo, ni yo con ella. Así que lo poco que sabía de mí era lo que otra gente decía. Según algunos, era un chico agradable y divertido, aunque algo bocazas, pero sobre todo era un gran amigo y compañero. Janna sacudió la cabeza y se centró en lo que la profesora estaba diciendo, podría ser importante para el examen.
(...)
-Deberías hablar con ella -me aconsejó Ahri una vez todos estuvimos en el recreo- le debes una.
-Ya lo sé, pero no tengo ni idea de qué decirle. Además, -dirigí la mirada a Janna y su grupo de amigas, Lulu, Lux, Jinx y Poppy- no me apetece hablar con Jinx.
-Mmm... Qué tal "oye Janna, gracias por haberme salvado el culo, te debo una. Pídeme lo que sea" -sugirió Darius.
-Los chicos siempre tan sutiles.
-¿Sabes, Ekko? No te vendría mal su ayuda -dijo Vlad mirándome pensativo.
-¿Perdona?
-Ella me dio clases particulares hace un tiempo, -los tres miramos le sorprendidos, no teníamos ni idea acerca de eso- además es una buena forma de iniciar una conversación y de buscar una manera de devolverle el favor.
Me crucé de brazos. No podía negar que no necesitara ayuda en los estudios, pero no me agradaba la idea de estar a solas con una chica que no conocía. Y tampoco quería hablar con ella estando el resto de chicas delante, y menos si estaba Jinx. Por suerte, Janna se separó de su grupo un tiempo después y se sentó en un banco a leer.
-Yo me encargo de todo -Vlad me guiñó el ojo y se acercó a Janna.
-¡E-Espera!
Intenté acercarme a ellos, pero Ahri me paró con una sonrisa burlona.
-Deja al "maestro".
-Sí, será divertido -rió Darius.
Janna no se percató de la presencia de Vladimir hasta que este habló.
-Hola Janna, ¿te acuerdas de mí? -la chica levantó la mirada de su libro y se fijó en él.
-Claro que sí, Vladimir -sonrió levemente.
-Siento molestarte, pero me gustaría pedirte un favor -Vlad me señaló, yo solo les miraba intrigados sin saber qué decían- mi amigo Ekko es un negado para los estudios, me preguntaba si podrías darle algunas clases.
-Sí claro, sin problema, ¿pero no debería ser él quién me lo pidiera?
-Me ha pedido que lo haga yo, ya sabes, yo lo hago mejor (todo).
Miré fijamente a la chica. Janna era una chica de pelo largo rubio recogido en una coleta, tenía los ojos azules y unas orejas puntiagudas y alargadas, como las de un elfo. Llevaba en mismo uniforme que el resto: camisa blanca, corbata roja, chaqueta negra, falda roja (un poco más larga que las de las demás chicas) y medias blancas hasta las rodillas con unos zapatos negros.
-Bueno, ¿qué días puedes quedar?-preguntó Vlad.
-Martes y jueves.
-Perfecto, ¿las clases en la biblioteca de la escuela como conmigo?
-Sí, a las seis.
Vlad asintió con una leve sonrisa. Janna cerró su libro y se levantó.
-Muy bien, pues dile a Ekko que nos vemos mañana.
La chica entró en el edificio escolar justo cuando el timbre que indicaba el fin del recreo empezó a sonar. Vladimir volvió, Darius y Ahri le miraban con una sonrisa burlona (menos yo, yo estaba nervioso y asustado a la vez), al menos Janna no parecía enfadada.
-Conseguido -sonrió y levantó el dedo pulgar- martes y jueves a las seis en la biblioteca de aquí.
-Vaya, gracias.
La verdad era que no tenía muchas ganas de pasar mi tiempo libre en unas clases extras en la biblioteca, pero si quería aprobar no me quedaba otra. Llevaba tiempo sin quedar con una chica, y aunque fuera como una "profesora" más, estaba nervioso. Sólo esperaba no cagarla en mi primer día.
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Tiempo para el amor (EkkoxJanna)
FanfictionLos exámenes finales están al caer y Ekko necesita ayuda para estudiar, por lo que pide a Janna que le dé clases particulares. Poco a poco los dos se van haciendo muy buenos amigos, pero Ekko empieza a sentir algo más por Janna. Jinx se da cuenta de...