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✺MINE✺

Capítulo Único: Mía (RivaMika).

Uno, dos tres, cuatro, cinco. Uno, dos, tres, cuatro, cinco. Uno, tres, cuatro, cinco.

Contaba rápidamente el azabache mientras movía su mano de manera veloz. De vez en cuando jadeaba y relamía sus labios limpiando el sudor que se encontraba por encima de ellos, en el arco de cupido. Su mano no paraba de moverse y podría sentir aquel líquido manchar sus manos, rio roncamente y tiró la cabeza hacia atrás ya agotado.

Oh Mikasa... esa chica lo traía loco, todos sus pensamientos se habían centrado últimamente en ella y eso... no lo molestaba del todo y eso que a él muchas cosas le molestaban. No sabía cómo este sentimiento tanto amoroso como sexual había aparecido hacia ella. Se sentía mal pero a la vez se sentía bien, mal porque ella era mucho menor que él y bien porque de alguna manera eso le resultaba muy excitante.

Levi ladeó la cabeza mirando hacia la ventana logrando visualizar a la chica desde lejos. Gruñó al ver que estaba buscando desesperada a algo o más bien alguien.

Eren.

¿Qué es lo que tenía de bueno ese idiota? ¡Era un bueno para nada! Solo se la pasaba gritando y odiando todo a su alrededor. Eso no era nada atractivo, su actitud le quitaba toda esa "cara bonita de princesa" que según varias él tenía.

Otro gruñido salió de sus perfectos labios y jaló su cabello con fuerza soltando una queja algo alta por la impotencia que tenía al no poder tener a la chica.

¿Qué le había dado de bueno ese idiota? ¿Ponerle una bufanda? ¡Él podía ponerle mejores cosas! Y vaya que ella quedaría más que satisfecha.

Claramente hacer suya a la chica era una idea que le encantaba, tan solo verla hacía que su pene quiera saltar.

Ok... estaba exagerando. Pero como no si ella era absolutamente hermosa. Aquellos labios completamente hermosos y besables que ella poseía, daban ganas de devorárselos por completo, sus ojos grises eran perfectos; nunca había visto tan hermoso como los ojos de esa azabache ¡Y ni hablar de su cuerpo! Daban ganas de ponerla contra la pared y ente...

—¿Cabo Levi? —el sonido de la puerta lo sacó de sus impuros pensamientos.

Carraspeó un poco y arreglo su ropa manchada.

—¿Quién es?

—Mikasa Ackerman.

Una sonrisa lasciva apareció en sus labios y los relamió de manera obscena.

—¿Hay algún imprevisto?

La chica agachó la cabeza y apretó los puños ¿En serio su obsesión por Eren había llegado tan alto como para buscarlo en la habitación de un superior?

Pasó un mechón atrás de su oreja y suspiró.

—¿Ha visto a Eren?

Y la sonrisa de Levi desapareció al instante que oyó aquel indeseado hombre ¿¡Por qué siempre se preocupaba por él!? ¡Él también quería que ella sintiera ese sentimiento de preocupación por él!

¿Es que acaso ella era tan ciega como para darse cuenta de lo que sentía? ¿No había entendido las indirectas?

Bueno... nunca nadie entiende sus indirectas, lo mismo había pasado con Petra.

Pero ella ya no estaba, así que no importaba. Ahora su prioridad era simplemente Mikasa.

—No, no lo he visto—mintió—. ¿Por qué?

—No lo he visto desde la mañana y estoy preocupada—confesó la pelinegra suspirando y pegando su frente a la puerta.

—Bueno... recién de tarde ¿Por qué no le das su espacio? No deberías estar tan pendiente de él, Eren ya no es un niño y tú no eres su madre para estarlo cuidando a cada rato. Ya está bien grandecito ¿No crees?