Mientras una gota de sudor resbalaba por su cuello, podía sentir la mirada fija y amenazante de su nuevo visitante. Sus ojos eran tan oscuros comparados con los suyos, que verse a sí mismo en esa imagen fue como tener un escalofrío. Estaba sentado en la mesa de la mansión, desayunando para no levantar sospechas, pues la verdad había perdido el apetito.
—¿Por qué tardaste tanto, inútil? —Reborn entró azotando la puerta con su arma de fuera.
—Estaba leyendo tu informe Reborn, se me fue el tiempo —respondió el castaño tratando de sonar sincero. Mentir le costaba un mundo, pero nadie le creería si contaba la verdad, necesitaba pensar en otra cosa.
Su reflejo se acercó a ellos, caminando sin ver a un punto fijo. Sin que Reborn lo viera, agarró un cuchillo y retrocedió hasta volver a su posición inicial. La duda asaltó la mente de Tsuna. ¿Por qué quería un cuchillo? ¿Qué se proponía hacer?
—Dile que se vaya.
Escuchó de pronto la voz del extraño ser y se sorprendió por la frialdad y peor aún por el mensaje. Su tutor le veía como esperando una respuesta, el problema es que no había escuchado la pregunta, pero la vista pesada del asesino le hacía presión de todas maneras.
—¿No me estás escuchando? Estás más inútil de lo normal. Te dije que irás con Hibari a una entrevista con la familia Ghaspet. Tienes que resolver el problema del informe, Tsuna.
—S-sí, claro.
Caminando hacia la salida, el agudo sentido de Reborn notó algo extraño. Se detuvo a mitad del camino y miró el puesto tres sillas más allá de Tsuna, en la que se podía ver una cuchara y un tenedor. En cambio, todas las demás mesas tenían un cuchillo a parte de los otros dos cubiertos. El reflejo lo notó, por lo que frunció el ceño y gritó enfadado:
—¡Qué se vaya! —Tsuna pegó un brinco por su tono de voz—. Díselo Tsuna, díselo ahora.
—Oye Reborn, lleva un mensaje a la familia Ghaspet anunciando que llegaré hoy a las dos de la tarde.
Reborn bufó y salió de la sala. Tsuna suspiró angustiado ante la sorpresiva reacción de su reflejo. A pesar de ser sumamente parecidos en lo físico, no podía decir que sabía cómo actuaría, cada paso que daba era un misterio. Tanto podía ser pasivo con él como amenazarle con sus facciones apagadas y llenas de cólera.—Las cosas funcionan así, Tsuna, es mejor que sigas mis condiciones.
—¿De qué estás hablándome?
—Hablo de que es mejor que sigas mis instrucciones, quiero ayudarte, porque eres la única persona que me agrada en este mundo. Te tengo cierto afecto, y no quiero que eso se rompa. No voy a hacerte nada, a ti no. En cambio, si no me obedeces, puedo herir a tus guardianes.
Se levantó de súbito, dejando caer al suelo su plato. Los tenedores rebotaron por el azulejo con sonidos graves y amenazantes. Cualquier cosa era mejor que tener que escuchar amenazas contra sus amigos, y la desesperación por no saber qué clase de tretas y poderes era capaz de hacer su otro yo, que su cuervo temblaba como el agua al arrojar una piedra.
—¡Estás loco! ¡Cómo puedes decir eso tan tranquilo!
—Sus vidas no me interesan para nada. Si cooperan las cosas cambian, a veces el fin si justifica los medios. Puedo hacerlo porque no me conoces, Tsuna, pero yo sí te conozco. Sé tus ataques, que en este momento quieres tanto sacar tus píldoras para lanzarme un X-Burner a ver si funciona, pero lo que no sabes...
Mientras la sombra hablaba, la puerta del comedor se abrió dejando ver a Lambo y a Fuuta, que entraron preocupados por el sonido de su comida cayendo hace un minuto.
—Tsuna, ¿qué tanto haces? ¡Uh, te quedaste sin comer, mira que lo has tirado todo! —se burlaba Lambo riéndose a carcajadas.
—Oye Lambo no seas así, ya sabes que es algo torpe.
El ser se acercó a Lambo y sacó el arma recién tomada, la acercó a su cuello y sonrió para después apuntar a Fuuta.
—¿A quién quieres que mate?
—¡No! ¡Alto!
—Tengo muchos rehenes. Y muchas formas de asesinarlos también, pero si eres obediente, puedo soltarles sin problemas. También te aconsejo que trates de no reaccionar mucho cuando te hablo, que es demasiado sospechoso.
Lambo y Fuuta se miraron entre sí con la duda expuesta en sus rostros. Arcaron una ceja casi al mismo tiempo y la ingenuidad de apenas ser unos jóvenes, les hizo reír. ¿Cuál sería el motivo, si supiesen que una hoja filosa atentaba contra sus vidas? Y lo peor de todo es que le tenía en sus manos, estaba en clara desventaja.
—Niños, podrían ir a... —piensa rápido Tsuna, sácalos de aquí— ¿A traerme un vaso con agua?
Los chicos sonrieron ante la forma de llamarles. La verdad, ya no eran unos niños, pero lo tomaron como un signo de cariño y asintieron mientras se peleaban por llegar primero.
—Te preocupas demasiado por ellos.
—Eres un maldito, pero encontraré una manera de vencerte.
—Eso me ofende, ¿sabes? Es muy triste que la única persona a la que aprecias te insulte, pero a veces el agrado no debe ser recíproco para que funcione una alianza. Esa es la primera lección de hoy.
—¿Qué dices?
—Que te prepares, porque iremos a ver a la familia Ghaspet.
Guardó el cuchillo en un bolsillo de su extraña y desgastada ropa y salió de ahí con una sonrisa en su rostro desfigurado por la satisfacción.
Como le encantaba que las cosas salieran como lo planeaba...
¡Safe💕!
Pues la verdad la personalidad del reflejo está basada en como idealizaba yo a mi otra yo cuando estaba pequeña. Pensaba que era alguien que me quisiera a mí, pero que no quisiera a otras personas...
Traumas míos no me hagan caso 😹😹😹.
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No confíes en el cielo. [1827]
FanfictionEl décimo está actuando muy extraño, se encierra en su habitación y no sale hasta tarde. Se retrae y casi no habla con nadie, además de dar órdenes que hacían desconfiar a sus guardianes. ¿Qué le pasa al cielo Vongola? Lizzy Henmoon🐾