Capítulo 6

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Emer mira atentamente el sello en su mano, la sangre le abandonó la cara asiéndolo palidecer notablemente desde hace unos minutos

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Emer mira atentamente el sello en su mano, la sangre le abandonó la cara asiéndolo palidecer notablemente desde hace unos minutos.

—¿Cómo es... eso posible? —pregunta el muchacho nervioso, el sacerdote suspira.

—Bueno —saca un libro de un cajón que tiene cerca, es el mismo libro que Emer lleva en su mochila, lo mantiene cerrado entres sus manos.

«Los íncubos buscan mujeres sin importar edad o estado físico y civil, satisfacen sus deseos sexuales sometiendo a la víctima mediante el sueño, para la víctima no es más que eso, un sueño.

Cuando el demonio quiere una descendencia, busca a la mujer, la deja en cinta y él se va, vuelve cuando el hijo logró sobrevivir y está por cumplir o ya tiene 23 años, para así reclamar el alma de su sucesor y volverse más poderoso. También puede engendrarse un hijo si la madre es algún tipo de bruja o sabe del tema, invocando al demonio de su preferencia y entregando al hijo, así como su alma a tal demonio a modo de sacrificio.

El alma del hijo se entrega, pero el cuerpo humano solo sirve para su posesión, es de su propiedad, siendo manipulado al antojo del demonio invocado»

Emer se queda sin palabra alguna.

—¿Y.... cómo saber si un demonio me engendró o si mi madre lo invocó? —pregunta para descubrir la verdad.

—¿Me prestas el álbum que traes contigo? —pregunta el anciano frente a él, Emer frunce ligeramente su entrecejo.

Busca su mochila y seguidamente saca el álbum para después entregarlo al anciano, este nervioso y con las manos temblando lo recibe y comienza a hojearlo.

—Bien aquí está la respuesta que buscas —le devuelve el álbum en la página con una foto muy... desagradable.

Una mujer tirada dentro de un círculo con varios dibujos a su alrededor, acerca más la foto para verla mejor... es su madre y a lado de ella está otra, cabello negro como la noche, se parece demasiado a Elissa, sin darse cuenta le acaricia el rostro en la foto.

—Es su madre —habla el sacerdote, Emer levanta la mirada para encontrarse con un anciano pálido —Aurora es una de las brujas más peligrosas desde hace años, junto a Belén... tu madre, yo no sabía de ti hasta hace un par de horas, pero si sabía de Elissa. Puedo entender por qué el demonio Abrahel vino a visitarme —sonríe nervioso.

—Usted... ¿Las conoció? —pregunta Emer bastante confundido.

—Las conozco. Tuve varios encuentros cercanos a ellas en mis tiempos de joven, cometiendo el error más grande de mi vida con Aurora. Pero jamás me había topado con brujas tan fuertes como ellas, juntas eran... invencibles. Emer —hizo una pausa—. Yo puedo ayudarte y quizá a Elissa si me prometes luchar contra tus demonios, porque no es solo uno son... cinco

El muchacho bastante pálido y asustado no sabe que decir o hacer, su vida pasó de ser tranquila a una completa mierda en un par de días

—Mi madre murió de cáncer meses después de que yo nací—es todo lo que dice.

—Tu madre el único cáncer que tiene es Lucifer. Ella está viva y está aquí en Pluckley —Emer siente una mezcla entre odio y emoción, la mujer que le dio la vida sigue viva, pero por otro lado ¿Cómo mierdas y por qué lo condenó a ser propiedad de un demonio? Ahora entiende porque su abuela lo cuidó y acercó tanto a Dios.

— ¿Qué tengo que hacer? —pregunta finalmente aceptando la ayuda del sacerdote.

—Enfrentarlos, sin miedo ni dudas, pues ellos se alimentan de eso —el muchacho asiente lentamente, tiene que agarrar valor de algún lado y lo único que lo lleva a tenerlo, es su paciente y si puede o debe entregarse él por ella lo hará, la pequeña e indefensa Elissa. 

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SUEÑOS SINIESTROS | (en Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora