Todo comienza con una simple mirada. Un simple gesto en una fracción de segundos que cambia toda perspectiva que tengas idealizada. Una mirada puede transmitir toda clase de sentimientos y sensaciones. Dicen que quien juega con fuego se termina quemando, pero en mi caso, no jugué con fuego, sino, con algo aún peor; me topé con aquellos ojos fríos, gélidos. Aquellos lograron que toda la curiosidad que habitaba en mi organismo despertase. Esos dos luceros glaciales se convirtieron en mi capricho. Un capricho que transformó mis días en una bruma llena de incertidumbre. Y es esa la que al ser humano nos encanta, ya que toda incertidumbre en la bruma se convierte en algo maravilloso, porque no hay glaciar hostil y frío que con un par de caricias no se pueda derretir.
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Ósculos de Tabaco
Lãng mạn"Me doy cuenta de que si fuera estable, prudente y estático, viviría en la muerte. Por consiguiente, acepto la confusión, la incertidumbre, el miedo y los altibajos emocionales, porque ése es el precio que estoy dispuesto a pagar por una vida fluida...