Capítulo V

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-¿Latios? ¿Qué mierda haces lleno de ceniza? -rió James.
-Era la única forma de irme, ya os contaré.

Los chicos se encogieron de hombros.

-Vale, James, ¿traes el petardo? -preguntó Lat.
-Claro -sonrió James-, ¿dudabas de mí?
-Oh no dios todopoderoso.
-Idiota, vamos.

Los chicos corrieron por las escaleras de camino a la puerta de la torre.

-Está cerrada -dijo George.
-Y luego soy yo el idiota, ¿sabes? -contestó Latios negando con la cabeza- Alohomora.

La puerta se abrió y Latios miró a George.

-¿Decías?

Entraron en la habitación y empezaron a buscar.

-Vale, ¿qué buscamos? -preguntó Brat.
-La bolsa donde guarda las tazas esas de mierda. -contestó George.
-Y, ¿no será extraño que seamos los únicos en estar aquí cuando entren y, además, cuando supuestamente la puert... -de pronto se calló, debido a que George le había besado.
-Callate, y busca.

Brat se quedó parado mientras James y Latios se miraban y reían.

-Eh, ¿es esto? -preguntó George.
-¡Sí! Gracias al cielo, son y veinticinco. Vamos, echadlo. -dijo Latios.

James tiró dentro el petardo y salieron corriendo del aula.

-Vale, cerebritos -dijo Brat-. Y, cuando te vean lleno de ceniza los de tu clase, ¿qué piensas decir?
-Brat... por Merlín, deja de preocuparte tanto, habrá fiesta, ¿vale? Ahora voy a lavarme.

Latios se fue y regresó corriendo, entrando justo detrás de la profesora Trelawney. Se sentó en la misma mesa que el trío, dejando a Molly con sus amigos de Hufflepuff.

-Hoy vamos a leer tazas.
-¿Otra vez profesora? -dijo un chico de Hufflepuff cuyo nombre Latios no recordaba.
-Es muy importante el arte de -iba diciendo mientras abría la bolsa de las tazas- leer...

¡BOOM!

Toda la clase rompió en risas mientras el trío junto a Latios se levantaron.

-Profesora, ¿estás bien? -preguntó George.
-Menudos mamonazos sois tío. -dijo James dirigiéndose a la clase.
-Vamos profesora, le ayudo a levantarse. -dijo Latios mientras echaba una mano a la profesora.
-Oh vamos profesora, le acompañaré a la enfermería por si tiene algo -dijo Brat abriendo la puerta del aula-. Vamos chicos.

Los chicos dejaron a la agradecida profesora en la enfermería y fueron de vuelta a la torre mientras se divertían.

-Menudo mamporrazo ha metido contra el suelo. -reía George.
-Joder, y tanto -asintió Latios.
-Bueno, y ahora, mientras Brat y George se dan el lote -dijo James, e inmediatamente miraron ambos a los chicos, quienes realmente estaban besándose, nosotros nos vamos al Gran Comedor.

-Menudos tortolitos estos dos, ¿eh? -sonrió Lat.
-¿Me lo dices, o me lo cuentas? -rió James.
-Bueno, mientras sean felices y no se maten, que hagan lo que quieran.

Ambos llegaron al Gran Comedor y se sentaron en la mesa de Gryffindor a esperar la hora del almuerzo. Cuando llegó el momento, Latios se fue a su mesa de Slytherin y se sentó con Molly.

-Y luego se extrañan de que no os pillen, si echáis las culpas a los demás. Lo peor es que cuela -rió Molly.
-Por supuesto, somos unos expertos en la materia chica.
-Vaya cuatro idiotas.

-Oye Lat, ¿puedo preguntarte algo? -preguntó Scorpius desde atrás.
-Claro pequeñajo, dime.
-A ver, solo tengo un año menos eh idiota.
-Joder, hoy todos me llaman idiota -se rascó la cabeza Latios.
-Por algo será -dijo Naomi, que escuchaba desde lado izquierdo de Molly.
-Bueno, bueno, ya vale. Dime Scorp.
-Que si tú vas a la fiesta de esta noche.
-Claro, ¿por qué?
-¿Podría ir?
-Sí, claro, y trae a Aiden también si quieres -guiñó un ojo Latios-, en serio, veniros.

Scorp sonrió agradecido y volvió a su sitio.

-Así que querías salir antes para una bromita a Trelawney, ¿no?-preguntó divertido Al.
-Eh... bueno, sí, la verdad -rió Latios-, ha salido genial.
-Lo suponía, no te escaqueas de una clase de pociones sin razón.

Lat Weasley, un nuevo año en HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora