Recuerdos.

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Llevo una semana en Loten. No tengo permitido salir de la pequeña cabaña que me asignaron y el campo para entrenar con lo poco que he logrado recordar; el único contacto que tengo con el mundo es Jack que viene todas las tardes a traerme alimento y bebida para la noche y la mañana. La comida no está nada mal, aunque por alguna razón es vegana; ni un solo trozo de carne.

Así que... ¿Te está gustando el lugar?-. Me preguntó Jack mientras se sentaba a mi lado frente al pequeño ventanal que ofrecía unas preciosas vistas al lago de Cyona, notaba un rastro de preocupación en sus palabras, como si creyera que pienso que el trato que me están dando es basura (Bueno, al menos es consciente de ello). - Sí, tiene su encanto estar encerrada aquí y tenerte de compañía cuatro horas al día.- Le respondí burlándome de él.

Lo siento no es que podamos hacer mucho, debemos esperar a que tus recuerdos regresen. Si sales y ves todo es probable que no seas capaz de procesar tantos recuerdos al mismo tiempo y no es para nada lo que queremos.-

Lo sé, Jack. No estoy tan inconforme como debería.-

Desde que llegué aquí la reina del lugar me asignó esta pequeña cabaña alejada de todo, me recibió como si fuéramos amigas de la infancia, me dolió un poco el no saber cómo tratarla porque ella se veía extremadamente feliz de volverme a ver y yo... Bueno, no era capaz ni siquiera de recordar su nombre. Efectivamente como dijo Jack he ido recuperando un par de memorias aunque aún nada que me explique la razón por la que abandoné este lugar; no me trago la idea de haber decidido ser una chica normal y huir a casa. También recuperé un par de habilidades de combate y me sorprendí al darme cuenta que era tan buena con las dagas y las espadas de corto alcance.

Jack...-

¿Qué pasa? ¿Te duele algo?-

¿Eh? No. Estoy bien.- No pude evitar reírme de su repentina muestra de atención hacia mí.- Solo me preguntaba si podría ir a ver a la reina. Ya sabes, a Lynz.-

¿La reina, dices? No estoy seguro...- Jack se paró de golpe y empezó a dar vueltas al rededor de la sala de estar, de vez en cuando golpeteaba sus piernas con las manos. Estuvo así un largo rato hasta que por fin me dijo:

Sí, me informan que podemos ir que no habrá ningún problema en que recuerdes a la reina y que estaría encantada de recibirte.-

¿Eh? Pero... ¿Cómo? ¿Así y ya? Ni siquiera saliste de la habitación... ¡Tienes que enseñarme a hacer eso!.-

Será luego, ahora hay que irnos.- Con un sonrisa en los labios arrojó por la ventana lo que parecía ser una castaña, al asomarme para ver dónde había caído vi la imagen de una fuente flotando sobre el piso.- Bueno, ahora viene lo divertido.- Solo espero que no diga "Saltar" y sonría...- Saltar.- Sonríe, mierda...

¿Sa-saltar? ¿¡Estás loco?!-

Nop, déjate llevar, quizá recuerdes algo. Esto te encantaba.- Estaba viendo a un nuevo Jack... Hasta podría acostumbrarme a esta persona. Atenta, divertida e infantil.

Después de pensarlo un poco y rezar me acerco al borde de la ventana. Levanto ambos brazos y... Él estalla de la risa.

-Eres realmente tan ilusa, Lilith.- dice Jack quien se encuentra ahora en el piso por la risa. Lo pateo y empieza a toser; ahora yo soy la que se ríe.

-Bueno, ¿Entonces cómo llegaremos al Palacio? Y ¿Qué demonios era esa castaña?-

-Todo a su debido tiempo. Pasarán por nosotros en un auto en un par de minutos; ¿O es que creías que aquí teníamos pegasos o algo parecido? Vivimos en el siglo XXI. Por muy mágicos y fantásticos que podamos ser no negamos la utilidad de un automóvil, Lilith.- Vuelve a reír.

-Jack... ¿Por qué me dicen "Lilith"? Me he exprimido los sesos desde que llegué a aquí buscando respuesta a esa interrogante y no consigo nada.-

Jack toma asiento en un pequeño y tosco taburete cerca de la ventana, suspira y comienza:

-Hace tiempo, cuando aún vivías entre nosotros te ganaste ese mote por conseguir amaestrar a los perros Rilk. Estos "perros" son unas enormes criaturas que alcanzan los 5 metros de largo, y tú a tus 6 años amaestraste a una camada de estas criaturas que en ese entonces no medían más de un metro con noventa, pero sin duda seguía siendo todo un reto. Me encantaría verte alrededor de esas criaturas otra vez, combinaban muy bien, fieras bestias obedeciendo a una pequeña niña de 6 años más rápida que el sonido... De hecho, creo que te hará bien ir al Palacio. Tu camada está ahí, encerrados; esperándote. Pero bueno, empecé a divagar. Me disculpo.-

-¿Qué? No, para nada. Describemelos! Necesito saber a qué me enfrentaré en el Palacio...- La idea de enormes y fieras criaturas a mi merced no me sonaba para nada real.

-¿Qué tendría eso de divertido?- pregunta Jack casi a tiempo para que mi pie lo tire del banco.

Suena una bocina. Parece que el transporte llegó.

-¿Lista? Solo diré una cosa, a Kerberus le gusta bajo la pata delantera derecha. Ahora ¡Vamos!-

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⏰ Última actualización: Sep 01, 2017 ⏰

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