Querido amigo, querido todo.
Gracias por los buenos momentos, por los buenos ratos, las risas interminables y las conversaciones tontas que a veces compartíamos.
Gracias por esas sonrisas cómplices y esos ojos llenos de cariño.
Gracias por esos días que no sabia si quererte como amigo o como algo más.
Gracias por ese primer beso y los siguientes, por esos abrazos interminables y esos te quiero sienceros.
Pero más que nada gracias por las noches de insomnio y mis noches de llantos, gracias por mis días grises, gracias por dejar de hablarme, por desinteresarte, por verme llorar y no decir nada, por alejarte de mi sin razón alguna.
Gracias, gracias, gracias.
Me haz hecho más fuerte, más inteligente, me enseñaste a no ilucionarme por acciones sin sentido, pues ahora soy una mujer nueva, más fuerte, a lo mejor rota, pero poco a poco he ido recogiendo mis partes, sin ayuda de nadie, sin tu ayuda.
Gracias.
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Relatos de Adolecencia
ContoAdolecencia. No somos ni grandes ni pequeños, somos el punto intermedio, un punto intermedio lleno de cuestionamientos, corazones rotos y angustia... Todo en un magnifico ser lleno de trastornos. Bienvenidos sean a mis pensamientos adolescentes. [Si...