Miradme

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Soy una basura...
Una basura pero no igual a todas, una de esas a las cuales el aroma a basura no se siente hasta que llegas a su profundidad.
De esas que te hipnotizan con su aroma tan natural y superficial, pero cuando va llegando a la profundidad de ese olor, es tan penetrable que te parte el alma, el corazón y hasta el cuerpo.

Te EXPLOTARÁ el cerebro como una maquina, un robot.
Que quedas tan confundido que al despertar de ese hipnotismo, no sabes en que dirección vas, ni sabes a donde ir, ni vas a llegar.

Por eso esa basura es diferente, por que al comienzo te llena, te resplandece, te sientes cada vez y cada vez mas atraido por ese olor, ese olor tan diferente, peculiar y curioso que al principio es como un callejón que vas caminando, pero cada vez que caminas vez un paraíso, lleno de flores, arcoiris, luz, conejos brincando, pegasos volando en el cielo y unicornios, pero cada vez entras mas y mas a ese callejón.

Y te das cuenta que los conejos van explotando de la nada, llega una nube y tapa ese resplandor que alumbraba las flores y los arcoiris, los pegasos desaparecen y solo se vuelven malvados como si fuera la pelea de Hades y Zeus contra el mundo y el universo... Todo, todo ese tierno resplandor se va esfumando en el atrás, por que mientras avanzas ya no hay vuelta atrás.

Luego te das cuenta de la realidad y es que estabas andando en un callejón lleno de caminos para poder salir, pero mientras estabas hipnotizado no los podias ver.

Que ese callejón no está en la superficie, está debajo de la superficie, está en un alcantarillado, lleno de agua destilada donde no luce nada bien y ese olor tan placentero va desapareciendo, donde solo le entre uno que otro rayo de luz, como las pocas esperanzas de vida que tienes y de seguir por ese callejón. Donde no hay ratas corriendo por que supieron que en ese lugar no habría donde vivir, en sí no hay ni siquiera un animal del monte u insecto rastrero que acompañe ese lugar.
Solo en ese lugar se puede distingir un gotereo de agua como el paso de una persona.
El ambiente es tan pesado y frío, mas frío que el Antártico, que mientras levantas un pie para caminar quieres retroceder pero sabes que si retrocedes te podría ir peor.

Cada vez que vas avanzando mas, no encuentras ni una salida por donde huir de ese mal olor, mal aspecto, ese terror y horror que da, ese lugar con solo avanzar unos pasos después de descubierto, la única salida es huir por una luz que entra desde arriba o dos tener la valentia de correr hasta donde te lleve el lugar puede que hasta otro sitio mas feo y mal, y la otra, encender todo el lugar y quemarlo todo contigo adentro sin poder hacer nada, dejar que te consuma...

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