Un Recuerdo Presente

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Todos sabemos que terminar con una persona es difícil, sobre todo si realmente te importa, pero realmente le importe yo a él? Realmente no lo sé, Alexander me engaño y supongo que no sentía lo que yo por él.
Siempre pensé que nuestra relación estaba basada en confianza, siempre un amor ciego, sin medida, una confianza inquebrantable, lamentablemente me equivoque, al parecer yo era el único que lo tomaba de esa manera. Enterarme por mis propios medios fue doloroso, más de lo que me gustaría aceptar. Amar a alguien es darle el poder de lastimarte y una vez más se lo otorgue a alguien quien al parecer fue la persona incorrecta. Su cara al terminar todo lo nuestro fue de una tristeza profunda pero ya era demasiado tarde para dar un paso atrás, y aún así no lo hubiera hecho, al parecer yo no era suficiente para el. Ni yo ni los momentos que pasamos juntos, después de todo lo que tuvimos que pasar para estar juntos, aventó todo por la ventana y lo dejo caer en picada para romperse en mil pedazos, todo lo que construimos en tanto tiempo consumido en tan solo unos segundos.
Me siento en la orilla de la cama y paso los dedos por mi cabello, por más que trato de alejarme de él y de las cosas que compartimos se me hace muy difícil, por cualquier parte a la que volteo veo recuerdos de él, aunque deje las cosas que hacía cotidianamente con el aún sigue presente, no importa a cuántas personas nuevas conozca, a cuantas fiestas asista o realice, ni cuántos de whisky tome, el siempre está ahí.
Me tumbo en la cama y cierro los ojos pero inmediatamente pienso su sonrisa  y en lo hermosa que es, siempre iluminando los días más grises contagiando a cualquiera de ella, esa sonrisa que era escasa con los demás pero que podía provocarle fácilmente. Siento un dolor profundo en el pecho, un vacío que no puedo llenar con nada y por más que lo intente no lo haré, porque se que es él lo que necesito. Se me hace un nudo en la garganta y me comienzan a arder los ojos por contener las lágrimas, me doy la vuelta en la cama presionando mis manos contra mi pecho, como si eso disminuyera mi dolor, pero al abrir los ojos me encuentro con el lugar de Alec, que aún conserva su olor, ese dulce olor que dejó impregnado en las sábanas y la almohada. En la cama donde tantas veces estuvimos juntos, en la intimidad de la habitación, siendo una sola persona en aquellas noches especiales, diciendo que nos amábamos, ¿Pero eso realmente significó algo para él? ¿Al menos fue sincero en eso?
Tomó su almohada y la abrazo lo más fuerte que puedo, inhalando el olor de su cabello que aún sigue ahí, dejando al caer las lágrimas libremente, es tan difícil de olvidarme de él, por más que intento no puedo, no importa lo que haga siempre regresa su recuerdo, me persigue su olor, su presencia, su risa. Me es imposible parar esto que siento, mi cuerpo extraña su presencia, mi alma y corazón lo añora.
¿Y si me equivoque al terminar con el? Tal vez fue solo un acto inmaduro o experimental para el. Tal vez si me ama después de todo.
Tomó el teléfono inconscientemente y marcó su número. Comienza a sonar.

-Magnus? Magnus eres tu?!

Escucho la preocupación y la esperanza en su voz. No! Que estoy haciendo?! En que rayos estaba pensando?!

-Magnus estas ahí? Perdón se que fui...

No lo dejo terminar, cuelgo el teléfono para después aventarlo a una esquina de la habitación. Esto no iba a ser así de fácil.

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