— Gracias.
— No tienes porque agradecer.
— Hay muchas cosas que no entiendo, y un poco de tu ayuda me sería genial. — Elizabeth sonrió mientras guardaba sus cosas.
Ethan se quedó observándola.
— Eh... No soy tan bueno...
— Si no quieres no hay problema, yo de todas formas lo entenderé. — dijo ella colocándose la mochila.
— No, no me malinterpretes... Me encantaría ayudarte. — dijo observándola a los ojos.
Ella sonrió de nuevo.
Y él se sintió morir de la emoción.
— ¿Ocurre algo? — preguntó Elizabeth preocupada.
— ¿Por qué lo preguntas?
— Es que luces mal, hasta estás súper rojo. — extendió su mano y tocó su frente. — Parece que tienes fiebre, Ethan.
— E-stoy bien, no te preocupes.
— ¿Seguro? Bueno, nos vemos mañana.
Ella salió del aula perdiéndose en los pasillos y él suspiró.
ESTÁS LEYENDO
Lo que nunca sabrás
Short StoryEthan escribe cartas a Elizabeth, cartas que Elizabeth nunca recibirá o conocerá su existencia... ¿O sí? «Quizá tú eres lo único que pueda salvarme.»