Uno

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Desperté por el horrible sonido del despertador, al querer encontrar otro ángulo para estar más cómoda sobre la  cama no pude hacerlo.

Y fue ahí cuando me di cuenta de dos cosas.
No estaba en mi habitación y esa no era mi alarma.

Intente nuevamente y me desespere al no poder hacerlo, el sonido de la cosa de la que provenía no ayudaba, en lo absoluto.
Reuní la poca fuerza que tenía y abrí lentamente los ojos, parpadeando repetidas veces para acostumbrarme a la luz, topándome con el techo blanco de la habitación.

Al hacer esto una señora emitió un chillido apagado y se acercó rápidamente a mi, las personas al rededor se dieron cuenta e imitaron su acción, ella volteo hacia ellos y dijo algo que no escuche del todo.
Todos asintieron y salieron rápidamente por la puerta.

Una muy cansada mujer con pequeñas bolsas negras bajo sus ojos y aparentemente de edad no tan avanzada me miraba expectante, esperando que emitiera alguna palabra, al ver que no lo hice, hablo ella.

–¿Como te sientes, cariño?- dijo y cerró los ojos con fuerza y algo de miedo, temiendo mi respuesta.

–Discúlpeme... ¿quién es usted?- dije aclarándome la garganta.

–Yo... yo soy tu mamá.- dijo ahogando un sollozo con la manga de su suéter.

Estaba muy asustada y confundida, sentía fuertes punzadas en la parte posterior de la cabeza y me dolía todo el cuerpo.

–¿Por que no recuerdo nada?- dije alterada y alzando levemente la voz.

La máquina emitió los sonidos más rápido y entraron personas vestidas de blanco.
La mujer retrocedió un paso asustada y quiso acercarse de nuevo, no lo logró, pues una persona la agarro de los brazos y la sacaron de la sala casi a la fuerza.
Me removí de dolor en la cama al sentir la aguja pinchar mi brazo y deje de moverme cuando sentí que me desvanecía nuevamente.


(...)



No sé si habían pasado días, semanas o años desde la última vez que volví a ver la misma luz de esa sala blanca.
Al abrir los ojos y mirar de donde provenían la voces, me topé con la señora y un señor con una bata blanca, al percibir mi mirada dejaron de hablar y el señor de bata blanca se acercó y se sentó sobre la camilla.

–Buenos días ___,tenemos que hablar contigo, se que todo esto es difícil para ti, así que te pido de la mejor manera que intentes guardar la calma y me escuches.- prosiguió, sin antes hacerle una seña a la señora para que se acercara.- ella es Victoria, tu madre, se que ahora no recuerdas nada, pero tengo que decirte que en este caso, es normal no hacerlo... con el cuidado adecuado, reposo, algunas medicinas y paciencia todo llegará a ti.

Asentí torpemente mientras el se levantaba de la cama y caminaba hacia la puerta.

–Las dejare solas por un rato, tengo que supervisar a los demás pacientes.- dicho esto, cerró la puerta.

La señora se acercó nuevamente y me dio un fuerte abrazo, que no dude en corresponder, al separamos me pude dar cuenta de que salían lagrimas de sus ojos y de los míos, involuntariamente.
Ella las limpio y acaricio mi mejilla.

–¿Que me ocurrió, mamá?- dije abrazándola nuevamente.

–Tu... tuviste un accidente, hija.- cerró los ojos y los volvió a abrir.- no es lo mejor recordarlo ahora, lo importante es que despertaste y estás bien.- dijo y me recostó en la camilla, brindando caricias en mi cabello y acostándose a mi lado.


(...)



1 semana después de observación me dieron de alta en el hospital, ya podía irme a casa.

No había perdido la memoria completamente, pequeños fragmentos de recuerdos llegaban a mi vagamente, ayudando de vez en vez a mi falta de memoria, aveces soñaba cosas que me eran imposibles descifrar y hacían que más dudas se dispersaran en mi cabeza.

Yo le había dicho a mamá que estaba todo bien, para no preocuparla, había hecho tanto por mi desde que estaba en el hospital que no quería darle más problemas.

Al llegar a casa, mamá me llevo a mi antigua habitación, al parecer no había olvidado todo, esa abolladura entre el closet y la puerta seguía ahí, causante de la cicatriz que tengo en la parte trasera de la cabeza, lo se, patético.

Mis padres y yo acordamos que regresaría a México por un tiempo, así que tenía que esperar a que mi tía trajera mis cosas de vuelta.
Pero tenía que reanudar clases lo más pronto posible o tenía que reiniciar un semestre.
Así que en un par de días estaría de nuevo en casa.

Amnesia (J.C)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora