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Seonho comía su  hamburguesa "rueda de camión" dejando impactados a todos en aquel restaurante por comerse la hamburguesa en tiempo récord y le salió gratis por eso. Era la tercera vez en el día que había tenido que cambiar de restaurante antes que notarán su capacidad de ser un barril sin fondo cuando se trataba de la comida.

Fue al baño a lavarse los dientes, siempre llevaba un cepillo y pasta dental, le encantaba comer de todo y a gran cantidad, pero odiaba el olor de su boca después de cada comida. Se miró en el espejo cuando termino de comer y lo golpeó con todas sus fuerzas hasta que lo rompió.

No quería admitirlo, le molestaba la gran indiferencia del ángel; sin embargo, lo que más le molestaba es que el mismo era el que debía actuar indiferente, era algo de pocas noches y muchos juegos. Un simple pecado más. Pero no se sentía así, al principio si, pero después empezó a doler y entonces Guanlin se detuvo. La indiferencia llegó llenando lo de oído y ira, de una gula más grande que ninguna.

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El demonio despertó del golpe y salió del basurero, su cuerpo aún estaba adolorido por su salto por la ventana de hace un par de días. No le importó sus fachas para nada, pero aun sus costillas estaban sanado, tuvo suerte que pudo actuar como si no tuviera algun hueso roto frente del ángel.

Maldijó el sucio suelo había manchado las medias tejidas que cargaba, era una molestia tener los pies con medias encharcadas de agua sucia. Se las quitó y mientras se agachaba un poco para terminar de quitarles, sintió una mano en su trasero.

¿Qué hace un lindo chico como tu con esas fachas, en un lugar como este? — Habló el vagabundo.

El tipo que me quiero follar no afloja — el humano se quedó sorprendido de aquellas palabras y sonrió de oreja a oreja — Pero ahora tengo mucha hambre...

Seonho se pasó su lengua por sus labios, tenía tiempo que no comía carne humana. Se iba a acercar al vagabundo con la intención de llevarlo a un lugar más oscuro y comerlo sin interrupciones cuando el filo de aquella espada tan conocida pegó en su cuello asustando al vagabundo.

Ni se te ocurra — Guanlin  agarró su muñeca y lo separó del vagabundo que salió corriendo del susto de la espada.

No, tenía mucha hambre — se quejó infantilmente. — Chu, vete a otro lado a ser un buenito

¿Y dejarte que te comas a cualquiera? ¿Qué es lo que pasa contigo? — No entendía al demonio, pero se quito la chaqueta de su traje y se la pusó encima al demonio para ocultar un poco sus fachas.

Es que no he comido lo que quiero en meses y me entra la ansiedad. Me cómo lo que sea — Ni se atrevió a mentir, estaba cansado y se recostó del cuerpo del ángel. Más por que necesitaba descansar mientras se recuperaba.

Si te comiste toda la alacena de las dos casa que he visitado últimamente — recordaba el desastre de comida en el piso, pero luego recordó que estaba a medio comer. Se había en viciado con algo su paladar.

Comida no es lo que busco — Nunca pensó decir aquellas palabras, pero tenía hambre de los besos y del ángel.

Dime que no es lo que pienso — dijó sonriendo nervioso.

Entonces no diré nada — respondió con una sonrisa — seguiré entrado a las casas, seguiré comiendo, lastimando a los que envían, hasta que yo consiga llenar mi boca de lo que quiero.

Guanlin suspiró, solo saco su espada para acabar con la vida del demonio.

Te puedo matar, te pueden matar — aquello le pareció la opción  más fácil.

Lo sé, por eso ya me canse. No tengo tanta paciencia y menos cuando tengo hambre — Miraba la chaqueta del ángel que cargaba encima aquello le facilitaba más las cosas — No quisiste por las buenas, ahora yo lo haré por las malas.

Agarró el broche de alas  dorado y Guanlin temió.

¡No te atrevas maldito! — se acercó rápido pero el demonio solo retrocedió igual y subió el broche sin despegar de la chaqueta. No quería un ángel sin alas y sufriendo en la cama.

Vamos, solo déjate llenar por el pecado — pasó su lengua con toda la Lujuria posible en el broche, encima de las alas del ángel. Algo tan puro llenándose de pecado, el dolor lo noqueria de una, y así fue en segundos el ángel gimió del dolor y cayó al piso.

Seonho solo se quedó sonriendo ante aquella escena. Por fin tendría lo que quería, portarse muy mal en el regaso de aquel ángel y llenarse de él.

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Realmente son 3 canciones con las que me inspire para esta parte del fic, dos la saben. Pero la última es tan diferente y como la mayoría de las wannables tiene 13 no la comparto. En serio ese coro describe a Seonho y Guanlin aquí.

El Broche representa las alas de los ángeles. Si son arrancadas una gran herida en su espalda se abriría donde quedaría una cicatriz enorme que nunca se borrara, le dará inmortalidad al ex ángel pero solo para ver pecado y sufrimiento.

Never»»» Guanho (Wanna one) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora