Capítulo 4

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Mis párpados pesan. Pero empiezo a abrir mis ojos ligeramente. Por lo que siento estoy en una cama muy cómoda y estoy arropada con una sábana muy suave. Cuando logro que mis ojos se acostumbren a la luz me siento en la cama para mirar en donde estoy y por lo que puedo ver, no estoy en mi habitación.

¿Donde diablos estoy?

La habitación es muy pulcra. Las paredes son de un color Beige. Hay un closet color marrón. Un gran espejo en la pared, un mueble para cosméticos y un sillón de el mismo color de la pared. Es muy lindo. Me gusta. Pero no se de quien es, ni donde estoy.

Escucho un ligero toque en la puerta y se abre. Me cubro totalmente para que no me vea, sea quien sea el que entre por esa puerta.

-Se que estas despierta. Levántate, tienes que comer algo, a menos que quieras volver a sufrir un desmayo.

Esa voz... Ese es... Oh Diablos. ¿Porqué a mi? Justo a mi. La suerte me jugó sucio esta vez...

-¿Donde estoy?- ¿En serio? Es lo único que se me ocurre decir. Es como si me fueran borrado todas las palabras y me dejaron solo esas. Me abofeteo mentalmente por tan semejante pregunta.

-Estás en mi casa, en mi habitación. Ahora levántate tienes que comer algo o enfermeras.

-No tengo hambre- Digo aun bajo las sábanas. Bendito sea el señor han vuelvo mis palabras. Pero para mi desgracia mi estómago ruge como un León. Puedo jurar que es el mismísimo Aslan el león de narnia. Que vergüenza.

-Tú estómago no dice lo mismo. Así que por favor sal de debajo de las sábanas y come lo que te traje.

-Gracias, Eliott. - Me quito las sábanas de la cara y el me entrega una bandeja con comida. Hay una manzana, un tazón de leche y otro de cereal y una cuchara.

-No agradezcas, solo comelo todo ¿Vale?. Ahora te dejare para que comas tranquila. Después te llevaré a tu casa. Ya es medio día así que no querrás que tus padres se preocupen por ti.

PERO QUE CARAJOS... Es medio día, mis padres me matarán. Yo jamás llego tarde. Salto de la cama, y casi arrojo la bandeja al piso. La coloco encima de la cama para irme.

-¿A donde crees que vas?

-A mi casa. Mis padres se preocuparan si no llego. Yo tengo que irme. Oh Dios ellos me van a matar. ¿Y ahora que les digo? Lo siento me desmaye y un chico que me odia me llevó a su casa.

-¿Pero que dices? Oye para! De tus padres me he encargado yo. Le he enviado un texto de tú teléfono diciendo que has ido a reunirte para finalizar un trabajo. Lo he dicho en broma, calmate. Ahora ¿porqué crees que yo te odio? ¿Por quien me tomas?

-Qué alivio. Gracias. Bueno... Es que cuando te he hablado me has cortado muy mal, y cuando me ves me ignoras. Que quieren que piense, ¿Qué me amas?

-Si lo he echo es por tu bien. No quiero amigos, y menos justamente este año. Y no, no pienses nada, será mejor. Ahora come para poder dejarte en tu casa.

-Y ese es el chico raro que yo conozco. El cortante e idiota chico raro.

-Sí, justamente ese soy yo. Ahora come.

-No. Ahora por favor, llévame a casa o muestrame el camino para ir a casa.

-No. Come y luego te llevo a casa. No es tan difícil. Si no comes no te iras. Tu eliges.

Será imbécil. Pero claro, tenía que ser justamente el. Porque mejor no fue Channing Tatun. El muy idiota. Y me obliga a comer. ¿Quien carajo se cree?

-Ok, está bien comeré- El solo se da la vuelta y se va. Veinte minutos más tardes estamos fuera de su casa frente a una camioneta antigua, pero muy bien cuidada. El sube y me indica que suba yo también. No puedo divisar en donde estamos, solo veo árboles. El enciende la camioneta y arranca. Pasamos por un camino llenos de árboles y flores muy bello. Luego salimos a la avenida. El no habla, solo se limita a conducir y mirar hacia adelante. El conduce directamente hacia mi casa. Espera. ¿Cómo sabe el donde vivo? Y que tal si es un acosador.? Este y muchos pensamientos más pasan por mi cabeza, hasta el frena y me saca de ellos. Estamos frente a casa. No se que decir, o hacer...

-Ya llegamos. Puedes bajarte- no se que decir. Estoy en blanco. Mejor me bajo y no digo nada. Abro la puerta y bajo de la camioneta. Seria de muy mala educación no darle las gracias. Pero no quiero hablarle. Pero debo agradecerle. OH VAMOS!!.

-Oye, espera!- el estaba arrancando y paro de golpe. Me acerco a la ventanilla y le digo- Gracias, Eliott. Gracias por cuidar de mi. Te debo una. Adiós. -  Y eso es todo, me doy la vuelta y para entrar a la casa y escucho cuando se marcha. Y suelto todo el aire que no sabía que tenía retenido. Y junto ahí, vuelve esa sensación. Esa que me dice que tengo que saber más de ese chico. Y así hare. Sonrío por eso. Y así me dedico a entrar a mi casa.


Nota de autora:

Hola, se que me tardé en actualizar y lo lamento. Desde ahora actualizaré más seguido. 

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⏰ Última actualización: Aug 15, 2017 ⏰

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