Haruka nunca salía a trasnochar, odiaba las multitudes y el ruido en exageración, salió un tanto por la insistencia de Nagisa así como para liberarse de ese estrés después de la ronda de exámenes finales, habían librado el curso y era necesaria una celebración en el primer centro nocturno que se les puso enfrente al llegar a Ropponji, el azabache se empezaba a lamentar de haber seguido a los demás pero Nagisa y Kisumi aseguraban que con unos tragos se olvidaría de esos detalles.
Y la ronda de tragos empezaron, primero con cervezas, y luego bebidas preparadas, Nagisa decía no entrar en calor, Kisumi ya se encontraba bailando con un par de desconocidos y Haruka sentado en un banquillo cerca de la barra alternaba entre Vodka tonic y Cosmopolitan desde que habían llegado.
Sin saber cómo había pasado un chico más alto que él, de aspecto fornido y de rebelde cabellera castaña lo llevaba de la mano hacia el centro de la pista de baile, música latina invadía el recinto, el desconocido se colocó detrás de él y le tomó de la cintura y empezaron a moverse al ritmo pegadizo de la música del lugar “¿cómo te llamas?” logró percibir cerca de su oído causándole un ligero escalofrío, “Haruka, pero puedes decirme Haru” alcanzó a balbucear, sus cuerpos se rozaban a causa del baile atrevido, el calor llegaba al azabache, este se dio la vuelta y pasó sus brazos por detrás del cuello del más alto.
Haruka estaba lleno de adrenalina, obviamente era una acción que nunca haría sobrio, su acompañante le atraía demasiado y quedó hechizado ante sus ojos verdes, su mirada cálida lo debilitaba, posó sus manos sobre sus mejillas y lo atrajo a sus labios, un beso con sabor a alcohol extasiaba a sobremanera, por primera vez en su vida sintió deseo por por alguien, la música seguía resonando por el lugar y el castaño lo guiaba en sensuales movimientos, “¿y tú cómo te llamas?” “Makoto” ese nombre lo acompañó por toda la noche con el ritmo latino que entre besos y provocaciones excitaban a ese par, haciendo que salieran a buscar un lugar con más intimidad para que siguieran con todo ese juego de lujuria que llevaban hasta hace unos momentos.
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El ringtone de su celular sonaba insistentemente, eso fue lo que lo despertó, no reconocía el lugar donde estaba, estaba aún mareado y la cabeza le dolía como el infierno a causa de la resaca, jurando no volver a hacerle caso a Nagisa, “Buenos días, Haru-chan” oyó decir desde la puerta de la habitación, el chico con el que había bailado toda la noche le llevaba un vaso de zumo de naranja y aceptaba que hacerle caso de vez en cuando a su amigo no estaría nada mal.
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Ven, bailemos. [MakoHaru]
FanfictionHay que aceptar el hecho de que hacerle caso a Nagisa no es del todo malo. Este drabble participa en el Sexto Desafío Relámpago #DesafíoReggaetonero de la página de Facebook "Es de fanfics" con la canción que corresponde al mes de marzo "Ven bailalo...