bonniehand + kookmin

seven

La lluvia no cesaba y las carreteras estaban inundadas de charcos, sin embargo Jungkook no podía darse el lujo de parar, sería arriesgado pues aún no salían del distrito donde sé encontraban.

Aún no sabían a dónde se dirigían, pero si debían manejar sin rumbo para estar a salvo, lo harían.

En la radio estaba sonando Cry Baby de The Neigbourhood, era la canción favorita de Jimin quien no pudo evitar seguir la letra de la canción, susurraba sin permitir que su voz se escuchara, era demasiado tímido para ello.

-"I know i'll fall in love with you baby, and that's not what i wanna do..." -el pelirosado se sorprendió al oir a Jungkook cantar, su voz era suave, cantaba sin apartar la vista de la carretera, su mano derecha se aferraba al volante y su cabeza bailaba al compás de la música.

Sentía que estaba apreciando una obra de arte, su corazón se agitó bajo su pecho y en su rostro se pintó una sonrisa ante semejante talento.

Cuando el verso terminó, Jungkook se percató de que Jimin lo miraba, sus ojos brillaban, lucía emocionado, cosa que hizo avergonzar a Jungkook.

-¿Te gusta The Neigbourhood? -el castaño no pudo ni decir palabras porque el mayor ya estaba preguntando con emoción.

-¡Por supuesto! -le contestó con el mismo ímpetu.

Jimin parecía el menor de los dos, aunque obviamente no era así.

-Esa es mi canción favorita -admitió con los ojos titilando cual estrellas en manto nocturno.

-También la mía -sonrió Jungkook esta vez mirando a Jimin unos segundos para luego volver la vista a la camino por el que transcurrían.

Se sentían cómodos estando juntos y hablando como adolescentes normales. Sin clases o imperfecciones que los hicieran diferentes, inferiores o superiores, se sentían tan cercanos y felices que nada más que eso importaba.

Aveces hablar de cosas al azar era un buen escape, en especial para aquellos que habían sufrido mucho. Jimin y Jungkook se acababan de conocer pero ya habían violado la constitución de la ciudad, de alguna manera buscaban una distracción de todo lo malo de lo que huían y todo lo que pasaría en el futuro.

Bueno o malo, estarían juntos, y eso estaba bien, porque por lo tanto podían seguir hablando y hablando sobre temas triviales y nunca se cansarían.

-¿Qué otros grupos escuchas? -Jimin estaba muy emocionado con la conversación que él y Jungkook estaban sosteniendo, nunca antes había tenido la oportunidad de hablar con alguien sobre sus gustos musicales y estaba muy feliz de hacerlo por primera vez, en especial si era con Jungkook.

-Pues me gusta mucho Arctic Monkeys -habló mientras conducía -Aunque se ha vuelto un cliché, y me molesta, soy fan desde que salió el segundo album -soltó esto último cin un aire de superioridad que a Jimij se le hizo muy gracioso.

-Tienes razón -Jimin le dio la razón. Estaba totalmente de acuerdo con Jungkook, la gente había comenzado a gustar del grupo únicamente por su album mas reciente, pero no se interesaban por las canciones anteriores.

-¿Te gusta The Stone Roses? -cuestionó el castaño muy curioso.

-Si, pero no he escuchado todas sus canciones -admitió mientras miraba por la ventana.

-¿Bring me the horizon? -esta vez a Jimin se le ilumino la mirada.

-¡Es mi grupo favorito! -habló con orgullo y una hermosa sonrisa que le encanto a Jungkook pero que desafortunadamente solo pudo disfrutar unos segundos debido a que estaba manejando.

-¿Cuál es tu canción favorita? -Jimin no esperaba ello. Era la pregunta más dificil que se había planteado en toda su vida, y es que, no sabía cuál elegir, todas las canciones eran realmente buenas para él, disfrutaba de cada una y de cada álbum del grupo sin preferencias.

Jungkook se deleito con la expresión de Jimin, era muy lindo, estaba en blanco, sin saber qué responder.

-Jiminnie -Jungkook cantó su nombre de una manera muy graciosa y linda que provocó un sonrojo en Jimin. Sus mejillas, parte de su naríz y orejas se riñeron de un bonito carmesí.

Jimin se rió -Creo que es Doomed -habló con un tono muy bonito mientras sonreía.

-La mía es House of Wolves -ambos se sonrieron cuando hicieron contacto visual.

Ya habían perdido la cuenta de cuantas veces se habían sonreído.

Ninguno habló después de eso, el silencio era muy cómodo y sentían bien en compañía del otro, era lo único que importaba.