Parte de mí.

915 65 52
                                    


Lefou: _ ¡TU AMOR PARA MI ES UNA ESTUPIDEZ GASTÓN, TODOS TUS SENTIMIENTOS SON PARA MI INSIGNIFICANTES, TU Y TUS INSINUACIONES NO ME DAN MAS QUE ASCO! ¡TU ME DAS ASCO! _

Se removió incomodo, dando vueltas de un lado a otro.

Lefou: _ Ya no pienso cargar contigo, hazme un favor y desaparece de mi vida de una buena vez. _ Hablaba en un siseo, como una fiera.

La mirada que su amigo le dio fue lo último que vio por esa noche, ojos azules empapados de tristeza y un dolor tan palpable que podía traspasar sus propias barreras. Una mirada empañada, decepcionada, herida, casi como si le absorbiera por completo.

Lefou, eres horrible.

Lefou: _ ¡Ahhhhhhhh! _

Se levantó exaltado, respirando de manera agitada y bañado en sudor.

Claro, una pesadilla.

Otra vez.

Lefou: _ No de nuevo. _ Paso su mano por su rostro, tratando de limpiar las gotitas frías que mojaban su piel. _ Gastón..._

No había vuelto a verlo desde esa noche, exactamente hace una semana, apretó las sabanas con sus manos, se sentía terrible, le había dicho tantas cosas espantosas, fue tan cruel e insensible.

Pero era necesario.

¿Lo era? No y si, tenía que ponerle un punto final a las locuras de Gastón, no podían estar así para siempre, entre idas y venidas, entre insinuaciones que no podían llegar a ningún lado, estaba harto de los acosos.

Solo que aquella no había sido la forma.

Abrazo sus rodillas con consternación, lanzando el aire dentro de sus pulmones, fue tan hiriente, pero...la ira lo cegó, el ver a su flor tendida en el suelo y golpeada, ¿Cómo Gastón pudo hacer aquello? ¿Algo tan horrible y bajo como golpear a una dama? Había llegado demasiado lejos por sus ridículos celos.

Tal vez él se había pasado, pero Gastón había hecho algo sin nombre.

Steicy: _ ¿Se ha vuelto loca? _ Esa tipa comenzaba a agotar su paciencia. _ ¡Gastón podrá ser muchas cosas pero nunca le levantaría la mano a una mujer y menos la amenazaría! _

Conocía a Gastón de años y jamás, jamás le había visto tener ninguna actitud violenta con alguna chica por mas desesperante y molesta esta fuera, como las Bimbettes, si bien podía asustar a todo el mundo y jugar mil y un bromas pesadas, de ahí a agredir a una chica era una gran diferencia.

Pero era cierto también que Ann Marie no tenía por qué mentirle, ¿Qué ganaría con eso? Ella sabía cuánto la amaba y no tenía la más mínima necesidad de sentir celos de Gastón, eso sería ridículo, aun así no dejaba de ser raro, esa noche Gastón se había mostrado especialmente diferente, melancólico, resignado, como despidiéndose de él, hasta le había regalado el anillo de su madre.

¡El anillo!

Lefou cubrió su rostro con sus manos, deslizando sus dedos por sus castaños cabellos, era un imbécil, no tenía derecho a arrojar así el preciado recuerdo que Gastón había decidido darle a él de buena fe.

A la mañana siguiente, más calmado fue hasta el rosal, con la esperanza de poder recuperarlo cosa que comprobó con pesar, sería imposible, había ido a parar a lo más profundo de las espinas, espinas gruesas y punzantes, no podría siquiera meter la mano sin hacérselas pedazos.

Lefou: _ Maldición. _

Algo allí no cerraba, era muy sospechoso, ¿Por qué golpear a Ann Marie una vez le propuso matrimonio? ¿Por qué no amenazarla seriamente con anterioridad?

Gafou Au Reverse! Un mundo realmente muy extraño.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora