—¡No! ¡No! ¡Déjenme ir! —gritaba un pequeño niño peliceleste mientras forcejeaba con los sujetos que tenía enzima.
—¡Tú ahora eres de nuestra propiedad! —gritó uno de ellos— ¡Vendrás con nosotros!
Hace unos minutos, esos hombres había irrumpido en la casa del peliceleste de solo 7 años de edad, habían matado a su madre y padre e intentaban llevarlo con ellos a la fuerza. El pequeño luchaba por liberarse, pero era inútil, solo era un niño.
—¡No! ¡Mamá! ¡Papá! ¡¡¡Ayúdenme!!! —gritó ya con lágrimas en sus ojos, sintió como su cuerpo se tensaba y cabeza empezó a doler.
Sus ojos cambiaron a un turquesa brillante y su cabello se volvió opaco, de repente los cuerpos de las personas que lo sujetaban explotaron, llenándolo de sangre y carne en el proceso.
Sus ojos y cabellos regresaron a la normalidad, estaba sentado en el suelo viendo los órganos y sangre derramada por todos lados, cuando salio de su shock fue a la habitación de sus padres y al entrar a ella se acurrucó junto a los cuerpos de sus progenitores.
Al rato se durmió, ya vería mañana como sobreviviría de ahora en adelante, solo quería disfrutar unos momentos más con sus padres.
...
—Es una lastima que el niño aún no abra sus ojos —suspiraba un señor de bata blanca, canoso de ojos verdes y varias arrugas visibles en su rostro— sí los abriera ya hubiéramos encontrado a los Shiota.
—¿Por qué gran interés en los Shiota? —preguntó otro hombre más joven— los Akabane son más poderosos ¿No?
—Los Akabane tienen gran variedad de poderes, pero no tienen la misma fuerza que los Shiota —contestó—, los Shiota tienen una gran cantidad de energía buena, aunque, a veces puede convertirse en malas. La energía de los Shiota pueden ser utilizada con fines militares, por lo que por eso tenemos que encontrarlos.
—¿Por qué este niño es el único de los Akabane? —preguntó esta vez una mujer de cabellos dorados y ojos rojos.
—Sus padres se suicidaron cuando el chico tenían más o menos cuatro años, dejaron que las enfermedades entraran a sus cuerpos.
—¡Ja! Estúpidos, no saben nada, ni siquiera saben que yo abrí mis ojos desde que tenía tres —pensó un niño pelirrojo acostado en una camilla con los ojos cerrados y varios aparatos conectados a su cuerpo.
El niño no debía tener más de 6 años, su piel era suave y blanca, pero a la vez frágil. La frecuencia del pequeño se alteró con sus pensamientos, mostrándolo en el electrocardiograma, alertando a los científicos.
Sentaron al niño en la camilla y prepararon una jeringa para suministrarle anestesia, que al sentir la aguja, empezó a gritar y a llorar.
—¡Sujetenlo! —gritó el jefe del laboratorio— ¡Aguri, ahora! —el niño sólo sintió un pinchazo en su cuello, luego dejó del escuchar todo sonido a su alrededor, dejando sólo al silencio abrumador al que se había acostumbrado.
...
—¿Aguri? —preguntó una niña pelinegra de ojos avellanas viendo la puerta.
—Aquí estoy, Akari —una pelinegra más alta y de buenos atributos apareció por el umbral. Camino hasta la niña y empezó a quitarle la ropa.
—¿Cómo te fue en el trabajo? —preguntó la niña mientras se tapaba con una toalla de baño.
—Karma-Kun se descontroló de nuevo —suspiró— me gustaría sacarlo de ahí —la tomó en brazos y la llevó al baño.
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Hasta Mañana [Karmagisa]
Fanfiction❄Historia con la participación especial de algunos (no diré cuales) vocaloid, fanloid, etc. ❄Historia gay / chicoxchico/ chicaxchica / shonen-ai / shojo-ai. ❄Algunos personajes no me pertenecen, creditos a sus respectivos autores. ❄Posibles actual...