Un balde de agua fría cae encima mío arruinando mi sándwich y mi pequeño escape de la realidad. Busco al culpable de aquel delito y salto en su dirección tumbándolo lo empiezo a golpear, era el dueño del lugar. Gritos se escuchan a mi espalda y siento un dolor refrescante en los omoplatos.
- El que te ama