Otra vez me encuentro en el piso, siempre ha sido tan amable conmigo, el palo de escoba se empieza a alejar de mi espalda. La hija del dueño del local me pego con toda la fuerza que sus delgados brazos pueden ejercer. Esta roja de la rabia sí que es hermosa, lastima que sea tan joven, entre 10 y 12 años.
- El que te ama