Estamos haciendo nuestro ritual, lanzamiento de uvas. Isaza y yo vamos ganando. Simón juega con Martín. Monchi lanza una uva y con la mirada todos seguimos la trayectoria de la uva, pero se desvía y le da en la cara a la persona que va entrando al camerino. Es Jules, siento algo extraño, pero ignoro ese sentimiento.
—Perdiste Simón. -Le dice Martín. - Eres el peor para este juego.
—Ya se los he dicho, prefiero calentar de otra manera. -dice de forma indiferente.
Veo que Jules se encuentra fuera de lugar. Yo la observo sin que se dé cuenta.
—¿Quieres entrar al ritual Jules? -Pregunta Isaza mientras se acerca y la saluda.
Todos insistieron en invitarla, y no voy a negar que todo el tiempo que estuvimos aquí desviaba mi vista a la entrada, esperando que llegara.
Ella dice que no, que es tan mala como Simón, y le creo. Así que sugiero que hagamos un dos contra dos. Martín me gana y elige a Isaza. Así que ella tendrá que ser de mi equipo. No es que no me agrade, o tal vez si, pero realmente hay algo en ella que me hace voltear a verla y eso me molesta; mucho. Veo que tampoco le agrada estar haciendo pareja conmigo porque tuerce los ojos. Isaza y Martín hacen un buen trabajo, pero quiero ganar.
— Si pierdo no te enfades conmigo ¡Eh! -dice Jules con indiferencia mientras pasa a mi lado. No digo nada y solo sonrío, un rubor llena su rostro y desvía la mirada. Comenzamos a jugar; las primeras uvas no tienen dirección y no las puedo atrapar, pero después agarramos ritmo.
—Esto es un récord Villita. -Dice Martín divertido.
—Es que es gracias a mí. -Dice ella en tono presumido.
—No lo creo Jules. -Digo por primera vez en voz alta su nombre, de nuevo un color rojo llena su rostro. -Es que yo soy muy bueno en esto. -digo presumido mientras me como una uva.
Seguimos con el juego, pero nos interrumpen cuando nos avisan que estamos a punto de entrar. Hago algo sin pensar; muerdo la uva y se la aviento a Jules, ella la agarra antes de que caiga al suelo, la veo de forma desafiante y sonrió de manera presumida, ella se mete la uva a la boca y se la come. Trato de que no se note, pero ese gesto me hace sentir algo extraño, nos observamos por unos instantes, pero ella se da cuenta que todos nos observan y desvía la mirada.
—Bien chicos vamos. -Dice Isaza divertido y toma su sombrero. Ella nos desea suerte y les da un abrazo a todos menos a mí, no sé por qué, pero me molesta que no lo haga, algunas ocasiones parece que no existo para ella. No debería de importarme, pero lo hace.
Caminamos hacia el escenario.
—¿Qué acaba de pasar ahí Villa? -pregunta Martin en broma y me da un empujón.
—Nada, todo tranquilo. -digo.
—Pues casi se desnudan Jules y tú. -dice Isaza.
Voy a decir algo, pero Simón interrumpe.
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Los chicos del piso de arriba... |Morat|Villamil|
FanfictionAndábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos. -Cortázar