Si de Noche ves que Brillan

David

-Tu fuiste la tonta que se metió con ese grandulón ¿cómo se te acurre?, te saca como cinco cabezas... ¡tú no piensas en nada!... deja ya de llorar pareces una bebe-  David en sus siete años me regañaba como siempre claro es que siempre estaba metida en problemas.

-Yo... yo, ese estu...estu... estúpido ¡me las va a pa... pagar!- dije en medio del llanto sentada acurrucada en la acera, enfrente del parque que nos quedaba a una cuadra de la casa, David estaba entre consolarme o seguirme regañando al parecer le pareció mejor la segunda opción.

-Y especialmente se te ocurre meterte hoy con él, que Ángel no fue al colegio, al pobre lo tienes todo morado de tanto golpe que recibe para defenderse - Se rascaba la cabeza caminando de un lado a otro.

-Y ahora que ha... hago... me voy a ver horrible, mamá me va a llevar a que me ra… rapen el cabello- dicho esto le dio otro ataque de lloradera, David la miraba con compasión es cierto seguro le cortan el cabello pensó y se sentó al lado de ella viendo hacia el parque.

-Bianca tú te lo buscaste le pusiste desinfectante de inodoro ligado con orine de gato a su jugo y luego le dibujaste cosas casi pornográficas en su cuaderno para que lo viera la Profesora de Catequesis a la pobre casi le da un infarto y todo eso solo por reírse de tus zapatos nuevos. . . bueno pero para mí creo que él se paso al pegarte ese poco de chicle en el cabello eso no se le hace a una dama, ningún hombre debe agredir a una niña o mujer, eso es malo- Me miro frunciendo el ceño. -así que las va a pagar no te preocupes- Bianca lo miro sorprendida, David era lo más pacifico que conocía, nunca se había peleado con nadie. Él le guiño un ojo en señal de que confiara en el.

-Si hubiese estado allí te hubiese protegido, lo siento- Dijo mirando hacia el piso revolviendo las manos. Yo lo mire como si estuviera diciendo la cosa más estúpida del mundo.

-David, estamos en colegios diferentes así que es obvio que no me podías proteger... yo sé que si hubieses estado no tendría esto en el cabello- dije tomándome un mechón lleno de chicle. El me miro sonriendo cambiando su samblaje triste. Se levanto me tendió la mano, para irnos a la casa, al día siguiente me raparon el cabello, curiosamente mi hermano David llego con raspones en todos lados y el labio roto , pero lo que más me sorprendió fue que discutió una hora conmigo porque el también se quería rapar el cabello, decía que se vería más duro y rudo, en realidad con cabello ya lo parecía, llegamos los dos rapados a la casa, en la noche Ángel nos visito y nos vio sin creérselo, se rió como nunca lo había echo, pero termino en la barbería rapándoselo también. 

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Me desperté esa mañana recordando a David, lo quería ver, ya eran meses sin verlo no se podía esconder toda la vida en casa de la abuela, abandonándome. Me levante y fui directa al baño a alistarme decidida. Me puse un short y una camisa sencilla con mi cabello suelto. Si él no venia yo si iba a ir.

-Mamá me voy casa de Ángel desayuno allá, vengo en la tarde- le mentí dirigiéndome a la puerta. si decía la verdad me amarraría a la pata de la cama. 

-Está bien, no llegues tan tarde, ten mucho cuidado- me dijo gritándome desde la cocina.

Tome un bus hacia casa de mi abuela Nagy, me dejaba a una cuadra de ella. El viento de allí era muy fuerte vivía cerca de la montaña. Después de media hora de viaje llegue al fin, me compre un pastel de queso con un jugo, al terminar seguí mi camino, estaba nerviosa iba caminando a paso lento pensando en ¿Qué iba decirle? ¿Cómo iba a reaccionar? ¿Me diría cosas horribles? Elimine esa idea, el no es así. Ya casi llegando al cruzar la calle, vi a lo lejos a alguien sentado bajo un árbol leyendo, se veía tan sereno, mis ojos se abrieron como platos sorprendidos, era él. Sin pensarlo dos veces me acerque. Leía un libro viejo que le había regalado cuando teníamos 11  años sobre partes del cuerpo, ya que el decía  que iba a ser médico.