Mi madre llego llena de paquetes, se veía que la había pasado muy bien donde sea que haya ido, eso me alegraba ya que ella necesitaba un descanso.
-¿Que les parece si nos vamos a comer fuera?- Dijo sonriente esperando respuesta de los dos. Pero frunció el ceño mientras nos miraba de arriba abajo.
-Pero vayan a cambiarse, lucen horribles, se nota que no han parado en la casa- Dijo empujándonos fuera de la cocina.
-Pero que feliz esta mujer- Dijo David mientras subíamos a nuestros cuartos, mirando a mi mamá con cara de sospecha, aunque aguantando la risa, mientras ella se reía en silencio.
Apenas nos adentramos al pasillo para ir a nuestros cuartos David me tomo de la cintura riéndose silenciosamente para que mamá no escuchara luego me pego de la pared besándome con entusiasmo, me tomo por sorpresa, pero no resistí, al fin lo tenía para mí.
-¿Quién es Ángelus?, ¿un primo de Ángel?- Dijo separándose un poco respirando con dificultad.
-El chico que me vino a buscar en estos días- Dije recuperando el aliento.
- ah!... él- Dijo con muy poco entusiasmo, yo le sonreí un poco.
-David solo voy a ir como agradecimiento por haberme salvado la vida, además es mi amigo- Le dije mirándolo fijamente. El se lo pensó un poco y al final sonrió.
-Está bien te doy permiso para ir, pero esta noche te olvidas de mi - Dijo caminando a su cuarto con arrogancia, el sabia que esa frase no me iba a gustar.
-No esperaba tu consentimiento querido, solo te estaba diciendo mi decisión. . . ah y por cierto vamos a ver si puedes contenerte a mis encantos cuando llegue- Le dije guiñándole un ojo cuando se giro a verme en la entrada de su cuarto, yo me mordí el labio y lo mire con lujuria de abajo hacia arriba, cuando llegue a sus ojos no me sorprendí de ver deseo en ellos por lo cual le sonreí arrogante y me adentre a mi cuarto cerrando la puerta a mis espaldas y escuchando su risa ahogada fuera.
-Mamá ¿qué restaurante es este?- Dije mirando alrededor con el ceño fruncido, David todavía no se le quitaba el shock de ver una cabeza de ganado en la entrada del restaurante, desde pequeño le daban miedo los animales disecados, pero eso no era lo peor de todo se podría decir que era el más mínimo detalle.
-Buenas tardes que desean- Dijo un camarero situándose a mi lado, de unos cuarenta años que lo único que traía puesto era un pequeño interior rojo intenso que decía el nombre del local, y que apenas tapaba lo que tenía que tapar.
- ¡Hey muchacho! ¡Apunta esa zona roja para otro lado!- Le dije mirándolo con desagrado, pero mi madre ignoro el comentario y le respondió.
-Pues queremos el menú de pollo a la plancha y tres jugos de naranja- Dijo sonriente mientras el mesero tomaba nota y se alejaba.
- ¡HAY MIERDAAA!- Grito David mientras veía que un encargado traía un venado disecado y lo colocaba de adorno en una esquina.
- Mamá ¿qué momento de tu vida nos perdimos, que ahora te gustan los restaurantes nudistas?- Le dije calmadamente mirándola con un deje de ironía, ignorando el ataque de David, pero ella estaba algo pensativa y seria.
- Lo nudistas es lo de menos ¡nos metiste en un cementerio de animales!- Continuo David mirando al venado que estaba en una esquina con la cabeza gacha simulando que comía pasto.
-Oh por dios...él... él está completamente- Dije pegando un brinco de sorpresa, señalando a un hombre mientras que mi madre seguía la dirección de mi mano.
-Desnudo hija, desnudo él es el Dueño del restaurante así que se lo permiten- Dijo mi madre al ver mi cara de trauma y asco controlada cuando me fije en un hombre cruzando la estancia a paso tranquilo.
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Si de Noche ves que Brillan
Teen FictionBianca se entera de una verdad que le cambiara la manera de ver la vida...pero no se entera de una manera sutil por lo que aturdida por la noticia sufre un accidente en el cual dos chicos les salvan la vida ...ella crea una conexión con uno de ellos...