Lo único que recuerdo fue un fuerte golpe contra mi cabeza y todo se volvió negro. Mis parpados se iban cerrando lentamente, mi vista se iba nublando, algo me pasaba. Algo no estaba bien.
Mi cabeza dolía a más no poder, sentía un gran dolor en la parte izquierda de mi cabeza, mis parpados pesaban, me sentía muy cansada. Fui abriendo poco a poco mis parpados, los rayos de sol que traspasaban la ventana me impedían ver. Mi vista se nublaba por momentos. Solo veía cosas borrosas. Lo primero que divise fue una sala blanca, a mi izquierda había una maquina que tenía un pitido bastante molesto, parecía un hospital y seguramente lo fuera. Y efectivamente lo era.
-Cariño, ¿estás bien?.- Escuche una voz a mi derecha. Gire mi cabeza en su dirección, y me encontré a mi madre, con los ojos rojos y llorosos.
-Si.-Dije en un susurro. La verdad no estaba nada bien, me sentía muy cansada y la cabeza me dolía mucho, es como si me fuera a explotar.
-¿Te duele algo?- Preguntó mi padre, que también se encontraba apoyado en la pared.
-Si.- Dije.
-Mi vida, ¿Llamo al doctor?- Pregunto mi madre preocupada.
-Si, por favor.- Pedí. Acto seguido mi madre salió de la sala para llamar al doctor. Después de unos minutos, mi madre entra con un señor de bata blanca y una carpeta entre sus manos. El doctor se fue acercando a mi lentamente, cuando estaba lo bastante cerca, me empezó a escanear.
-Bien, la chica se encuentra bien, bastante bien diría yo. Si sigue así, en unos días estará fuera del hospital.- Dijo sonriente.- Ahora es normal que te duela todo el cuerpo, lo que debes hacer ahora es dormir y cuando te despiertes ya veremos.- Aconsejó.- Con esto me retiro, si tiene algún problema más me avisan, ¿Está bien?- Preguntó.
-Está bien.- Contestaron mis padres al unísono. El doctor se fue.
-Mi vida, te vamos a dejar dormir un rato, papa y yo nos quedaremos en la sala de espera, por si ocurre algo pulsa este botón.- Señalo un botón que había en a mi derecha.- ¿vale?
-Sí, mama.- Respondí.
Salieron fuera de la habitación, y acto seguido me acomode en la cama, la verdad, era muy incómoda, pero era lo único que tenia este hospital. Cerré mis ojos, y rápidamente caí en un sueño profundo.
Me desperté debido al sonido que hace la puerta al abrirse. Ahora estaba mucho mejor, la cabeza me dolía menos y estaba menos cansada. Mire en dirección a la puerta y estaban otra vez mis padres.
-Amor, ¿Ya estas mejor?- Pregunto acercándose.
-Sí, mama, ya estoy mucho mejor, gracias.- Sonreí.
-Cariño, alguien te está esperando a fuera.-
-¿Quién?- Pregunte curiosa.
-No sé, es un chico que preguntaba por ti, ¿Le dejo pasar?- Preguntó y asentí.
Mi madre salió junto con mi padre fuera de la habitación. Oí otra vez el ruido de la puerta abrirse, mire hacia la puerta. Ahí se encontraba el cabron que me había obligado a subirme a la moto, el chico que me hizo llegar a este lugar.
