*Narra JaeBum*
— ¡Im JaeBum sal de ahí!.
Oí gritar la voz de siempre.
No alcanzaron a transcurrir más de 15 segundos hasta que sentí ser tirado por la manga de mi uniforme. Como siempre suspiré cabizbajo y me dejé guiar por mi mayor.
En un inicio era divertido y disfrutaba siendo el centro de atención de todo, sin embargo, de a poco se habían ido encargando de cuidar cada vez más la imagen de la escuela y de paso restringir cada vez más las cosas que podía o no hacer. Ya iban 3 años así.
Ya había intentado acabar con eso el año anterior pero no había conseguido nada bueno. Esa beca era lo único que me mantenía dentro de la escuela, si terminaba con el trato pasaría lo mismo con mis estudios. "Solo es el último año" era siempre mi último pensamiento cada vez que me sentía agotado.
Veía al mayor mover su boca con la típica expresión de molestia, aún así sus palabras no llegaban a mi cerebro lo cual tampoco era de mucha importancia, me sabía esos sermones de memoria. Una vez que se detuvo levanté la vista y luego de verme asentir desapareció por quién sabe donde.
Permanecí de pie unos minutos en los que volvía a mi estado normal, ahogándome en mis propios pensamientos. Luego de eso fingí la sonrisa de cada día y volví a mi sala por el último bloque de clases. Me senté al lado de Mark como acostumbraba y encontramos la manera que la hora pasara lo más pronto y menos latoso posible. Cuando oímos sonar el timbre de las 5 nos apresuramos en tomar las cosas y pasar a dejarlas a nuestros casilleros dos pisos más arriba. Tomé dirección inmediatamente hacia la salida pero mi compañero me detuvo.
Mark parecía saber mejor las reglas que yo.
Siempre olvidaba los talleres a los que me obligaban ir o muchas veces intentaba saltarlos, sin embargo, Mark estaba siempre a mi lado para recordarme las consecuencias.
Era detestable que se impusieran sobre mi cada día como si nada. Talleres, encuentros, reuniones, charlas obligatorias ¡Todo por dar a la escuela una imagen de cultura respetable.
Desde siempre lo único que me había interesado eran las prácticas b-boy pero era, al mismo tiempo, lo que tenía más prohibido. Lo consideran para escuelas de bajo rango.
Suspiré rendido y sin darle respuesta caminé en dirección a la sala de coro con él atrás, como todos los días haría tiempo para esperarme y volver conmigo.
Entré y tomé asiento en los puestos del fondo. Pasé mis audífonos por mi espalda para que pasaran más desapercibidos y esperé que llegara el charlatan del taller. El aula se terminó de llenar en poco con los de siempre y un solo rostro nuevo que logró hacerme reír. Estaba igual o más amargado que yo, la diferencia era que él no intentaba disimularlo.
Recordaba bien a YoungJae. Eran pocas las veces que habíamos tenido que tratar pero siempre era agradable.
Se había sentado en el extremo opuesto de la sala, tomé mi bolso y fui a sentarme a su lado. Dió un respingo al notar mi presencia, seguramente estaba muy concentrado odiando y maldiciendo el taller. Su rostro se relajó al ver alguien conocido y soltó una sonrisa de esas gratas que solía entregar. Conversando toda la hora logramos soportar el taller y al salir de ese infierno Mark nos fue a encontrar y caminamos los tres juntos hacia nuestras casas. Tuan estaba antes de los dos así que lo dejamos primero, continuamos solos hasta mi casa donde nos despedimos. Tomé una ducha corta y pasé directo a mi cama, a pesar del cansancio me costó conciliar el sueño y estuve despierto hasta más tarde de lo esperado pensando en lo mismo de cada noche.
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No Regrets [2Jae] [One Shot]
أدب الهواةJaeBum era el rostro de la famosa "High Arrow School" No podían permitir que la imagen del colegio cayera, eran de los más prestigiados a nivel nacional, por lo tanto debían mantener a Im JaeBum al margen de cualquier escándalo. ¿Pero qué tanto podí...