Tenias que ser tú || Larry Stylinson || (AU)

Capítulo 1: Mitad de un corazón.

Un muy alegre Louis iba caminando tranquilamente por las calles de Holmes Chapel, donde se encontraba su hogar.

Se sentía flotar, se iba a reunir con su preciado novio. De sólo pensar en aquello un suspiro involuntario pero soñador salió de la boca del castaño.

Louis tan sólo tenía 17 años y siente que su vida está completamente plena. Tiene todo lo que un chico de su edad podría necesitar e incluso más de lo que habría pedido hace algunos años. A veces se pregunta qué hizo en otra vida para merecer todo.

Una increíble familia que le daba todo lo que quería, amigos maravillosos, y un chico hermoso sólo para él.

No tomaba atención de lo que ocurría a su alrededor, demasiado absorto en sus pensamientos y sueños, hasta que sintió unas manos fuertes que tomaron su brazo izquierdo impidiendole continuar con su camino. El castaño se giró con un gruñido que parecería amenazador para cualquier desconocido, pero su ceño fruncido desapareció en cuanto vio a su buen amigo Liam frente a él parado con esa cálida sonrisa que lo caracteriza.

- Wow, tranquilo león. Sólo quería saludar - el castaño dejó salir una cálida risa que contagió al ojiazul.

- Lo siento Payne. Sólo voy a...

- Reunirte con Harry. Sí, sí, no tienes que decirlo.

La sonrisa de Louis ya no podía ser más grande.
Aquel dulce chico de lindo cabello rizado color chocolate, piel blanca como la porcelana y suave como el algodón, con aquellos labios color sandía y ese par de ojos color esmeralda que siempre serían su perdición siempre estaría presente en su vida.

- Si sabes a donde voy, ¿qué haces interrumpiendo Payne? - el tono cariñoso que Louis usó con su amigo le dijo que era sólo una broma, pero Liam sabía que había algo de verdad en sus palabras.

- Uh, sólo quería saber como estaba Hazz. Ya sabes, ha estado enfermo durante muchos días y nos preocupa a mi y a los chicos.

El ojiazul dejó salir un suave suspiro. Los malestares pasajeros de su novio habían preocupado a todos quienes los rodeaban, sin embargo, nada opacaba su felicidad. Aún.

- Está bien Liam. Ya sabes, Hazz come lo que encuentra y le daña el estómago.

Liam movió sus cejas picaramente en dirección a su amigo, pero sólo recibió un golpe en el hombro.

- ¿Qué te he dicho?

Liam puso los ojos en blanco, sin embargo, igual respondió con su característica sonrisa en el rostro.

- Que no haga insinuaciones con respecto a tu vida sexual con Harry.

Louis sonrió, victorioso.

Luego de unos minutos entre bromas y chismes de chicos, el ojiazul se despidió para llegar finalmente a los brazos de su chico. No importaba si se encontraba con Obama por la calle. Que se joda el mundo si aquel perfume llegaba a su nariz.

Cuando visualizó la casa del rizado sintió que su corazón iba a explotar.

El chico se encontraba sentado en el césped de su patio, jugando entretenidamente con una pulsera que Louis le había obsequiado en su cumpleaños anterior.

Cualquiera hubiera hecho algo para asustar al muchacho, sin embargo Louis nunca le haría algo al ojiverde.

- Amor...

- Lou... - cuando Harry levantó la vista de su regazo y le dirigió la mirada a Louis sintieron que sus corazones explotarian en aquel momento.

Aún eran unos adolescentes pero ya sentían el peso de haberse enamorado, y esperaban durara para siempre.