Después de que los dos confesamos nuestros sentimientos las cosas cambiaron un poco.
En vez de soltar lo que tenía en la cabeza, pensaba, qué tal si digo algo raro, algo que la incomode, mejor me quedo callado, ella no decía tantas cosas como antes, los dos eramos más serios en todos sentidos, ella reía sin que fueran grandes carcajadas, lo hacía como una fina damisela que no podía mostrar su lado atrevido. Yo no podía decir mis chistes tontos por más que quisiera, ahora me importaba más lo que ella pensara.
Aunque después de todo era divertido ver como se sonrojaba con el simple hecho de tenerme cerca. Sobretodo cuando me acercaba a decirle "¿no saludas al chico que te gusta?" No había nada mejor en la cara que ponía después de escuchar mis palabras
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Deprimidamente Enamorado
Teen FictionEsas historias en las que el tipo conoce a una tipa y surge un hermoso amor, pues esto es algo así.