Dos.

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Tus piernas temblaron y caíste al suelo tapando tu rostro con tus manos, sintiendo como las calientes lágrimas empezaban a caer por tus mejillas y gemidos lastimeros escapaban de tus labios. El dolor en tu pecho, la opresión que sentías, estabas siendo abrumada por la mezcla de emociones, cada una era más horrenda que la anterior.

Los brazos de tu novio te encerraron en un abrazo, se había agachado para quedar a tu altura y contenerte, pero poco te importaba, nada que él hiciera iba a desaparecer tus ganas de llorar y quedarte hecha una bolita durante el resto de tu vida—. Se fue —gemiste con la voz entrecortada, sintiendo como el muchacho se tensaba aún más y apretaba su agarre—. Se fue y no pude siquiera despedirme —estabas llorando a los gritos, pero cuando hablabas lo hacías en susurros, no querías admitir ante todos que tu mamá había fallecido.

El funeral fue en un día gris, un hombre leía la biblia y recitaba un discurso en su honor mientras tú observabas tu entorno. Ojos irritados, expresiones tristes y una atmósfera deprimente era todo lo que se veía. Miraste a tu hermana, su nariz estaba teñida de rosa y por sus mejillas se deslizaban gotitas saldas, pero pese a esto, no emitía sonido alguno, su vista estaba fija en el ataúd negro y su mano tomaba con fuerza la de tu padre. Le miraste a él, el hombre que te había dado la vida junto con aquella mujer que ya no estaba, el hombre que la noche anterior no había abandonado el sillón que compartieron los tres, pues el temor a estar solos los consumía, el que las había abrazado, a ti y a tu hermana, mientras susurraba palabras de aliento, el hombre que ahora se mantenía fuerte y no derramaba una lágrima, aunque su mirada cansada y las bolsas bajo sus ojos decían todo lo que su boca se negaba a soltar. Luego notaste que tu novio te miraba, te dedicó una sonrisa débil antes de pasar su brazo sobre tus hombros y acercarte a él, como si supiera lo que necesitabas. Entonces lo abrazarte con fuerza y dejaste salir todos los sentimientos feos, lloraste como todas las noches hasta la fecha desde que ella se había ido, lloraste con la seguridad de que el abrigo de Kuroo amortiguaría tus quejidos y nadie se daría cuenta de lo vulnerable que estabas, de lo frágil que te sentías.

Cuando el funeral terminó y todos volvieron a casa, cada uno se fue a su habitación, pese a que intentaste convencerles de cenar juntos, ni tu hermana ni tu padre querían compartir tiempo con alguien más. De todas formas te dirigiste a la cocina y dejaste algo preparado, intentabas distraerte y hacer un aporte, por pequeño que fuera, buscabas hacer sentir mejor a tus tan amados familiares.

Te dolía la cabeza de llorar y sentías tu nariz arder, realmente querías detenerte, no tenías idea de cómo habías terminado en el piso de la cocina, acurrucada contra la encimera mientras te abrazabas con fuerza. Podían haber sido horas en las que moqueaste sin poder detenerte, pese a que te obligabas a parar, el llanto siempre volvía.

Te tomó un rato juntar las fuerzas necesarias para subir a tu habitación y teclearle a Kuroo que le necesitabas. No querías estar sola, tampoco querías molestar a tu hermana, cada quien hacía el luto como podía, y si en sus planes estaba aislarse, lo respetarías.

Abriste la ventana y saliste al tejado, ese pequeño espacio que utilizabas para esconderte cada vez que hacías alguna travesura y donde te sentabas a pensar en nada. Viste a Kuroo entrar en el patio y trotar hasta perderse por uno de los lados de la casa, sabías que iba hasta el cobertizo a buscar la escalera. En cinco minutos ya la estaba colocando para empezar a subir. Apenas estuvo junto a ti, se dedicó a observar tu rostro, pasar su pulgar por tus ojeras y barrer los restos del llanto, acercarse a besar tus mejillas y restregar sus narices, mimarte con delicadeza en un intento por contenerte—. Todo va a mejorar —afirmó soltando tu rostro para encerrarte te un abrazo—, estoy aquí contigo —nuevamente te quebraste, nuevamente dejaste que la tristeza te consumiera y el llanto se apoderara de ti, te dolía el pecho, la cabeza, absolutamente todo, cada fibra de tu ser deseaba dejar de sentir, no querías seguir pasando ese malestar.

—Estoy cansada, tan cansada... Todo fue en vano, acompañarla, ser optimista... Se fue, no la puedo traer de vuelta, todo se está yendo a la mierda y yo sólo puedo sentarme a mirar y llorar. ¡Soy una inútil! No pude ayudarla a ella y ahora no puedo ayudar a papá, o a mi hermana... Mamá sabría que hacer en este tipo de situaciones —hiciste una pausa para sorber los mocos—. No merezco vivir, ¡No quiero vivir! Tenía que haber sido yo, ella no se lo merecía... En cambio yo... Yo no sirvo para nada, sólo dejo que las cosas pasen y me lamento como estúpida, Kuroo, realmente deseo morir... —hubieras seguido hablando de no ser porque el muchacho se separó de ti y golpeó tu mejilla con algo de fuerza. Te quedaste atónita, mirándole sin saber cómo reaccionar.

—Jamás vuelvas a decir esa estupidez —su voz, severa e impostada, transmitía todo el enojo que sentía—. ¿Te estás escuchando? Suenas como una tonta. ¡Es una situación jodidamente complicada, sí! Tampoco puedes cambiar lo que fue, pero me niego a dejar que te sientes a ver cómo todo se va a la mierda, tienes todas y cada una de las herramientas para salir de esto y sacar contigo a tu familia —su ceño estaba fruncido a más no poder, y te miraba con una intensidad que jamás habías sentido—. ¿Haz pensado en ellos, en qué harían si desaparecieras? Todo esto es tan duro para ellos como para ti, tú lo dijiste en su tiempo, si te derrumbas ellos también lo harán —su ceño se relajó mínimamente y se le escapó un suspiro—. ¿Que haría yo si desaparecieras? —te volvió a abrazar y depositó un beso en tu cabeza—. No quiero volver a oírte hablar así... Te amo —a veces, era mejor no decir nada, y fue por lo que optó Kuroo, simplemente se quedó contigo un rato, el suficiente como para que te quedaras dormida en sus brazos. 

No quería despertarte, sabía que estabas teniendo unas noches de dormir realmente mal, por eso maniobró lo necesario para entrarte por la ventana y acostarte en tu cama, a todo esto no pudiste evitar abrir los ojos, no era como que estuvieras despierta del todo, pero tuviste la lucides necesaria como para jalar de su brazo cuando quiso irse, indicándole que se quedara contigo. Al moreno se le escapó una risita y ocupó el lugar junto a ti, te observó por un largo rato antes de entregarse a los brazos de Morfeo, reparando en cada detalle de tu rostro, admirando con una sonrisa estúpida tus suaves facciones. 

Una vez más, lograste sacarle el sueño sin siquiera desearlo, una vez más, se perdió en sus pensamientos, que giraban en su totalidad a tu alrededor, dándose cuenta de lo mucho que te amaba, de lo mucho que deseaba tu bienestar, y lo mucho que le afectaba todo lo que se relacionara contigo. 

QUE FINAL DE MIEEEERDA. Estoy frustrada, se me borró la mitad del capítulo choto este y lo tuve que volver a hacer. No estoy nada conforme con esto, pero lo subo bc siento que está dentro de lo aceptable, además necesitaba actualizar para agradecer por algún lado el tema este de que algunas de mis historias alcanzaron los 100 leídos, o sea, ¿khé? No creo poder poner en palabras lo que significa que cien personas hayan leído lo que escribo, y encima que les haya gustado, no sé, estoy demasiado agradecida.

Por otra parte, me gustaría avisar que en algún momento voy a empezar un libro de escenarios de BNHA porque me da mucha pereza hacer una portada cada vez que hago una historia, y si alguno me quiere aclarar esta duda, lo agradezco ¿Hago un libro sólo para Bakugou o uno para todos los personajes? Cabe aclarar que voy a subir lo que se me ocurra, pero si ustedes quieren pedir personajes o situaciones, pueden hacerlo, yo encantada me voy a esforzar para hacerlo lo más acorde al chico o chica en cuestión.

En fin, la nota de autora más larga del mundo fue esta, pero necesitaba decir esto. Nuevamente, muchas gracias, no se hacen una idea de la ilusión que me genera ver que votan y comentan, es verdad eso de que "se aprecia" me motiva mucho a seguir aprendiendo para cada vez superarme más.

Cheers, Wohun.

Kuroo Tetsuro x Lectora [HQ] (One Shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora