Put It On Me [2Min]

Treintaunava Parte

El silencio reinó el ambiente en ese momento y él aún no sabía cómo sentirse. No, sí lo sabía pero por primera vez en su jodida vida solo quería escuchar más antes de tener una idea clara de cómo reaccionar. No quería cagarla esa vez; no sin escuchar a la ardilla.

Pero estaba molesto, furioso. TaeMin tenía baja la cabeza, aún sin poder decir nada y cada segundo que pasaba se convertía en un maldito infierno. Incluso pensó que lo mejor era que nadie más dijese nada y regresaran a la universidad pero sabía que aquello solo iba a hacerlo enojar más... Empeoraría las cosas y no quería eso.

—¿No vas a decir nada más? —Le preguntó, mirando al frente.

Apretó el timón tan fuerte que sus nudillos quedaron blancos por la presión; tanto que pudo notar que TaeMin se había dado cuenta.

—Lo siento tanto. —Escuchó salir de los labios de Lee, tan suave y tan extinto que pensó que se lo había imaginado—. Solo no quería que te echaran de la universidad.

Lo próximo fue un sorbido de la nariz del más bajo con el que terminó de darse cuenta de que TaeMin estaba tratando de controlar aquel llanto que parecía que saldría en cualquier momento. Iba a llorar pronto, podía asegurarlo.

Y Choi MinHo experimentó, una vez más, un sentimiento por primera vez; él esperó sin importar nada más, a que TaeMin estuviera listo para hablar. Una espera que no supo cuánto duró pero que terminó muriendo cuando la voz de Lee empezó a escucharse desesperada nuevamente.

—Kris se enteró de que le pagué a Tao para que te quedes en la universidad —Casi susurró y luego selló sus labios un par de segundos, tratando de controlar su hiperventilación—. Él me amenazó y Dios, ¿cómo puedo decirte lo demás? Lo siento, MinHo. Solo eso.

—Mierda... ¿Por qué no me dijiste antes? TaeMin, ese hijo de puta te está obligando —dijo y sus palmas golpearon fuertemente el timón, casi de manera inconsciente—. ¿Sabes que eso es una violación, cierto? ¿Cómo has podido cargar con esto tú solo? Mierda, ardilla. ¿No vas a denunciarlo?

TaeMin negó y un nuevo silencio se instaló dentro de ese auto; uno que le estaba costando horrores. Solo podía escuchar los hipidos de Lee y su propia respiración acelerada. ¿Qué tan hijo de puta podía ser Kris Wu para hacer algo tan enfermo y asqueroso? Daba igual ya; él solo sabía que aquel malnacido no saldría bien parado de esa situación.

Iba a dejarlo fuera de todo, eso podía jurarlo.

—Lo siento —Se disculpó y esta vez se atrevió a mirar a un TaeMin que cuando esa oración salió de sus labios, volteó a verlo con la sorpresa inundando su mirada—. Lo siento tanto, TaeMin. Toda esta mierda es mi culpa.

Esa noche todo se trataba de esperar a TaeMin y él estaba dispuesto a eso y más. No iba a presionarlo y no lo juzgaría. Él solo quería entenderlo y cuidarlo; solo podía querer eso para la persona que estaba frente a él.

"No sabes lo roto que está por dentro".

Aquella frase empezó a retumbar en su mente con violencia, molestándolo aún más. Quería verlo feliz, siempre, sonriendo de esa manera que empezaba a ser lo mejor de su mundo. No quería verlo llorar nunca más y estaba dispuesto a todo si con eso conseguía sanar todas sus heridas y hacerlo feliz.

—¿No me odias? —Logró preguntar TaeMin, en medio de ese nerviosismo que también estaba alterándolo a él—. Estas molesto. —Siguió en un susurro.

—¿Por qué tendría que hacerlo? No has hecho nada malo, TaeMin. Tú no —aclaró con decisión—. Estoy molesto, sí, pero conmigo mismo por haberte hecho pasar por esto solo; por haber sido un patán contigo y dejar que mi jodido orgullo te lastimara. Lo siento, TaeMin. De verdad estoy arrepentido.