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Beso

Había mirado por más de dos horas el movimiento de esos dulces labios mientras ella le hablaba sobre el trabajo que estaban haciendo, pero no lograba concentrarse en sus palabras, porque no paraba de desear probar esos labios tan pequeños y rosados.

Cerraba los ojos tratando de pensar en otra cosa, pero cada vez que oía la voz de Matsuri no podía dejar de pensar en ella. No sabía en qué momento su compañera de clases se había vuelto tan endemoniadamente obsesionante para su persona, de verdad no lo sabía.

—Bueno, creo que hemos terminado, Gaara-kun –susurró la castaña, esbozando una alegre sonrisa, al mismo tiempo que sus mejillas se tornaban del color carmín.

El chico –aún perdido en sus pensamientos- desvió la mirada hacia su costado, tratando de disimular el evidente sonrojo que en ese momento se apoderaba de sus mejillas.

—Te iré a dejar a tu casa –dijo con voz ruda, no por nada le llamaban el delincuente de la clase.

Solía tener una reputación bastante macabra y la mayoría de los chicos de su edad le temían, pero ella siempre había sido diferente y eso le agradaba. Era tan linda con él, que no podía evitar que su pulso se acelerara de sólo tenerla cerca unos momentos.

Caminaron en silencio hasta la casa de ella, esperando poder despedirse con normalidad, pero para la chica no era tan fácil. Desde hace tiempo que Gaara le gustaba, por eso trataba de ser lo más amable posible con él, para demostrarle sus sentimientos, cosa que ella pensaba no estaba dando mucho resultado, por eso se sentía decepcionada.

—Llegamos –dijo el chico, deteniendo sus pasos frente a la casa de la castaña, que también se detuvo, mirándole.

—Gracias por acompañarme, Gaara-kun –sonrió nuevamente, alzándose para depositar un suave beso en la mejilla del pelirrojo, que se quedó de piedra por unos segundos, pero rápidamente reaccionó, tomándola por la muñeca.

Tal vez lo que pensaba hacer era una total locura e incluso ella podría no hablarle nunca más en su vida, pero tenía que hacerlo, no podía soportar el hecho de mirarla sin poder acariciar esos labios de porcelana.

—¿Gaara… kun…? –susurró, sorprendida por la acción del chico, sin embargo sus ojos se abrieron como platos en el momento en que sintió los fríos labios posados sobre los suyos.

Su corazón se aceleró, mientras el chico la tomaba por la cintura para apegarla a su cuerpo, obligándola a cerrar los ojos y a entregarse al momento. Era su primer beso, por eso se sentía tan dulce, por eso él movía sus labios tan lentamente, disfrutándola al máximo.

Rodeó con sus manos el cuello de Gaara y con timidez separó un poco sus labios, sintiendo como la lengua del chico entraba en su boca, encontrando a la suya. Fue tan placentero como nunca imaginó, besar al chico que le gustaba, que hacía latir su corazón.

—Hasta mañana –murmuró Gaara al separarse, para luego darse la vuelta e irse caminando, dejándola aún paralizada en aquel sitio.

Después de eso sonrió y entró a su casa, aún con el sabor del primer beso en sus labios.

"El que piensa besar no debe pensar, sólo debe actuar."

Drabbles GaaMatsu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora