0I. Ashton & Mireia - Marry me

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¿Se fue? ¿Qué hice mal? Sólo ruego que vuelva otra vez y ser feliz de nuevo; viendo su sonrisa, la cálida y preciosa sonrisa, el motivo que me hacía vivir. Pero ahora ya no estaba. ¿Y sus ojos, ésos que me tenían hipnotizado? También, desaparecieron. Recuerdo el día de su ida…

“Tenía una gran sorpresa para ella; le iba a pedir matrimonio. Sí, estaba más que decidido, después de cuatro años de noviazgo con ella me lo había planteado finalmente. Previamente la invité a una cena para dos en su restaurante favorito, el que siempre íbamos cuando queríamos celebrar alguna cosa importante. Simplemente, el más caro, pues la comida y la sala eran de gran calidad, igual que el servicio. Cuidan hasta el menor detalle, así que es normal que valga tanto.

Me había puesto el mejor traje, quería impresionarla. La estaba esperando con un ramo de rosas rojas – sus favoritas. Me temblaban las manos y cada vez que un camarero pasaba delante de mí, soltaba una risita ridícula. ¿Qué pasa? ¡Estaba muy nervioso! No se pide cada día matrimonio a la chica de tus sueños…

-          ¿Ashton?

Giré levemente mi cabeza y la contemplé. Pero hubo algo que rompió mi corazón; las lágrimas que corrían por sus mejillas. Me levanté de golpe, dejando caer la silla, sin importarme nada. Me apresuré hasta llegar a ella y apoyé mis manos en sus hombros, pero con un ligero movimiento me las apartó. Arrugué el entrecejo, ¿qué le pasaba? Me miró con odio, mucho odio y me dolió, puesto que nunca lo había hecho. Se secó algunas lágrimas, corriéndose todo el maquillaje que llevaba. Retrocedió algunos pasos para alejarse de mí y darme la espalda. Luego, agachó la cabeza, cubriéndose todo el rostro con su largo pelo y susurró con la voz rota:

-          Ashton… Tú y yo ya no somos nada.

Mis ojos se inundaron de lágrimas. Corrí hacia ella y la cogí de la muñeca. Ella se resistió un poco pero pude cogerla bien, sin dejar que se soltara. Obligué a que me mirara cogiéndole del mentón. Pequeñas gotas de agua salían saliendo de sus bellos ojos, estremeciendo mi – ahora – pequeño corazón.

-          ¿Qué dices? ¿Esto es en serio? – noté algo salado en mis labios y lo lamí; sabía que empecé a llorar. Ella se limitó a asentir - ¿Qué he hecho? – no decía nada y me estaba desesperando - ¡Contéstame! – le grité y ella dio un respingo del susto, por eso me arrepentí de hacerlo.

-          Estoy harta de mentiras, se ha terminado todo, Ash.

Dejé su muñeca libre al fin y miré el suelo provocando algunos sollozos silenciosos. Ella se quedó delante de mí, supongo que observándome.

-          No lo entiendo, Mireia, ¿por qué ahora? – conseguí preguntar.

-          Prometiste someterte al tratamiento que los médicos te recomendaron pero no lo has hecho. Prometiste venir a conocer a mi familia pero nunca te has molestado. Prometiste… - se calló porque veía que las teorías que estaba diciendo no eran un argumento sólido. Sabía que le pasaba algo.

-          Mireia, dímelo porque me estás matando.

Se derrumbó en el suelo y empezó a llorar de nuevo. Intenté acariciar su cabeza per apartó mi mano sin delicadeza alguna.

-          No lo aguanto más, Ashton. Dijiste que las fans se acostumbrarían a nuestro noviazgo, nuestro romance Asheia pero cada vez recibo más odio. Hoy se han puesto a decirme que me muera, que no te merezco. Me han amenazado de muerte si no te dejaba…

Solté una risa burlona.

-          ¿Y vas a hacerles caso?

-          Me han amenazado con la vida de mi familia… De hecho, ya he recibido quejas de mis padres por el acoso de fans. Ya no puedo tolerarlo. He aguantado cuatro largos años con la presión de la prensa y del fanatismo pero… se acabó. Lo siento mucho. – Dicho esto, se levantó corriendo y salió del restaurante.

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⏰ Last updated: Apr 15, 2014 ⏰

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