Capitulo 20
La niña de la nieve.
Los hermanos Jeff y Robin corrieron aterrorizados sin parar, no les importaban donde ir, el mido los dejo ciegos y lo único que sus mentes pensaban era en corre y correr.
- ¡ Jeff espera ya no puedo seguir más !
- ¡ Vamos Robin o nos atraparan de nuevo !
- ¡ No puedo en serio !
En ese momento se escucha a lo lejos unos susurros, Jeff Coge a cuestas a su hermano y lo apoya sobre un arbol.
Responde Jeff.
- ¡ Parece que alguien se acerca !
- ¡ No hagamos ruido podía ser el !
En ese momento también se escuchaba los pasos de un caballo,
Jeff decidió asomarse un poco para ver de qué se trataba, Robin estaba sentado en el suelo apoyado sobre el tronco de un árbol, Jeff también estaba apoyado tras el tronco de otro arbol y desde hay contemplaba todo aquel movimiento.
Responde Jeff
- ¡ Robin ahora no hables !
- ¡ Por qué !
- ¡ El está justamente a unos cincuenta metros, está hablando con un jinete encapuchado, nos está buscando !
En ese momento empezó hacer frío un intenso frío que hizo caer pequeños copos de nieve.
- ¡ Jeff nieve, está nevando !
En ese momento a unos cincuenta metros Dran y el jinete encapuchado desaparece en la oscuridad.
- Robin parece que se acaban de ir.
- ¡ No, no salgas no hay que fiarse podían volver !
Al cabo de un rato Jeff y Robin estaban totalmente helados de frío.
- ¿ Jeff por qué tenemos frío ?
- No lose, se supone que ahora estamos fuera de nuestros cuerpos, no deberíamos tener frío.
Los chicos decidieron avanzar no podía quedarse, en aquel lugar.
Por el camino la nieve blanca y espesa caía a montones, pronto el escenario se volvió blanco, las pequeñas charcas de agua negra se congelaron, el invierno se apoderó de aquel lugar oscuro y tenebroso.
Responde Jeff.
- ¿ Robin ves lo mismo que yo veo ?
La cara de Robin se quedó pálida al ver lo que tenía delante a tan solo unos metros.
- ¡ Parece que es aquel demonio que acompañaba a Dran !
Responde Jeff.
- ¡ No Robin no te acerques !
Aquel demonio que tenían delante de sus narices era Jerson, se avía convertido en una gárgola de piedra por causa de la densa luz amarilla.
Responde Robin.
¿ La luz amarilla hizo eso ?
Responde Jeff.
- Al parecer era luz celestial, la que hizo esto.
- ¡ Vamos Jeff no sigamos más tiempo en este lugar, hace frío mucho frío !
Al cabo de unos veinte minutos seguían caminando por un amplio y llano sendero cubierto de nieve espesa, en ese momento al parecer Robin ve a lo lejos una pequeña cabaña de madera.
- ¡ Mira Jeff, parece una pequeña casita !
- ¡ Si la veo pero no me fío, mejor que no nos acerquemos !
- Parece abandonada a simple vista.
Robin decidió acercarse sin el consentimiento de su hermano.
- ¡ No Robin ni se te ocurra, no te acerques !
- ¡ No puedo aguantar más este frío, mira a tu alrededor, los árboles están completamente congelados !
Robin y Jeff se acercaron a la vieja cabaña de madera y abrieron la puerta, en su interior la cabaña estaba completamente vacía, sin sillones ni muebles, era una pequeña cabaña sólida y vacía en medio de un bosque oscuro y nevado.
El intenso frío obligo a que los dos hermanos se refugiarse acta que la nevada parase.
Responde Robin.
- Jeff cuánto tiempo seguiremos aquí, quiero volver a casa:(
- ¡ Yo también, espero que Dios nos ayude, nosotros no emos echo nada malo !
Los dos hermanos se abrazaron y empezaron a llorar.
Al cabo de una hora, cuando el ambiente estaba un poco más tranquilo en el interior de la cabaña, tres golpes sonaron en la puerta de forma inesperada.
Los chicos se empezaron a poner nerviosos.
Responde Robin
- ¡ Jeff han golpeado la puerta tres veces !
- ¡ Calla Robin aremos como si no hubiera nadie !
En ese momento una fuerte racha de viento rompe una de las ventanas de la cabaña, la nieve entraba y el fuerte viento, al parecer la nevada se convirtió en una fuerte tormenta helada.
De repente una voz susurró desde fuera.
- Sé que estáis dentro de mi casita, salir fuera pequeños no os are daño.
Jeff se levantó para salir fuera, pero el pequeño Robin se negaba a salir por miedo.
- ¡ No Jeff, no salgas tengo muy mal presentimiento !
- ¡ Tenemos que salir, sabe que somos dos y que nos encontramos aqui dentro, de todas formas si es malo acabará con nosotros aquí o fuera !
Jeff y Robin salieron fuera, el fuerte y frio viento les abrazaba la piel, la nieve no paraba, cada vez era mas y mas fuerte, en los árboles se podían ver las estalactitas de hielo que se avían formado por la congelación, pero justo en ese momento enfrente de Jeff y Robin se presentó de espaldas una niña de cabellos blancos, que cantaba una linda y relajante nana.
Los dos hermanos se quedaron petrificados mirando a la niña que estaba de espaldas sentada de rodillas junto a la nieve, llevaba un camisón blanco y su piel era blanca como la nieve casi se camuflaba con el escenario que la tormenta había creado.
Pregunto Jeff a la niña.
- ¡ Quien eres tu !
La niña paro de cantar, pero tampoco le devolvió la pregunta.
Responde Robin.
- ¿ Por qué no te das la vuelta, para que te veamos ?
En ese momento la niña bajaba y subía la cabeza, se comportaba de una manera estraña, su hombros temblaban y su espalada se inclinaba y se desinclinaba.
Responde Robin.
- ¡ Jeff esto me da mala espina !
- ¡ Lo mismo digo Robin a la de tres salimos corriendo, uno dos... !
Pero antes de terminar de contar la niña giro su cabeza hacia a ellos, los chicos al verla se quedaron paralizados por el miedo.
En aquel rostro tan siniestro se reflejaba el mal de forma tan agresiva y violenta, aquello no era una niña sino un demonio sediento, deseando de alimentarse de las almas de Jeff y Robin, esa cosa se transformó en un ser medio cabra y medio humano, tenía unos largos cuernos como los de un macho cabrio y su rostro mostraba una nariz de herradura, como la de un murciélago, su boca poseía unos largos y puntiagudos colmillos y sus ojos eran desde el amarillo acta el anaranjado.
Responde Jeff.
- ¡ Robin Corramos, ya !
ESTÁS LEYENDO
Ladrones de sueños
Terrorun ladrón de almas puras renace de las entrañas del infierno, acompañado de su más leales sirvientes de la oscuridad. los sueños de los niños son la entrada hacia su objetivo y nada los detendrán.
