Capítulo 1: Tiffany Valyere

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Tiffany Valyere

Por fin era libre, tenía los  dieciocho años, había salido del orfanato y llevaba una semana trabajando en ese prestigioso restaurante de Tokyo para ganar el dinero necesario y comprare una casa decente, porque hasta el momento sólo había podido alquilar una mugrienta casa en uno de los perores barrios pero no había nada mas que pudiera hacer  excepto trabajar para salir de esta situación.

Mis padres habían fallecido cuando nací o eso me dijeron, porque yo jamás los conocí, lo único que me quedaba de ellos era una fotografía conmigo en brazos y se les veía siempre tan felices, me habria encantado conocerlos y aunque antes siempre me hacían falta, ahora me había acostumbrado a mi vida en solitario, nadie me sacaría las castañas del fuego, era completamente independiente y el poco dinero que mis padres me habían dejado en herencia lo habia dejado en el banco para alguna emergencia. mientras tuviera mis manos podría trabajar y salir adelante.

Lo único que me molestaba de nuevo trabajo era mi jefe, siempre me miraba con esos ojos lujuriosos y a veces me preguntaba ... ¿Nunca había visto a una chica ?...

Llegue a mi puesto de trabajo como todas las mañanas y mi jefe en lugar de ponerme a servir mesas para el desayuno, me puso en la barra, algo extraño, porque yo solía estar siempre entre la cocina y el comedor llevando platos, sirviendo a los clientes sus demandas y cogiendo los pedidos, mas que nada, porque siempre iba con una gran sonrisa y eso según mi jefe...atraía a la gente y hacia que se sintieran mas cómodos conmigo que con otro camarero. Pero hoy me tocó la barra.

El local se llenó enseguida y es que siempre estaba lleno, los empresarios venían a tomarse sus cafés para el desayuno o incluso a medio día para almorzar y cuando todo parecía quedarse tranquilo me tocaba ir a ayudar en la cocina para ir a preparar las comidas que se servirían y es que venia aun mas gente a comer y a cenar que para los desayunos, era muy agotador, pero pagaban bien y necesitaba el dinero por dos motivos principales, uno para poder vivir yo y la segunda ... quería ahorrar para contratar un detective y que encontrase a mi hermana mayor, porque por deudas que según me contaron que tenia mi padre, había sido llevado a otro país para saldar la deuda. Quería encontrar a mi hermana, era la única familia que me quedaba.

Estaba ya limpiando las barras de los desayunos, cuando entro un chico de cabellera negra de impetuosos ojos cafés oscuros y vestido con una elegante americana, que hablaba con otro chico con venia con traje ejecutivo. Pasaron por mi lado y se sentaron por un lateral de la barra así que dejé el trapo con el que estaba limpiando y tras recoger un par de vasos y meterlos e el lavavajillas del local, me acerque a ellos a atenderles.

-Buenos días- les dije con una sonrisa - ¿Qué desean tomar?

-Un café americano, con poca leche - me pidió aquel chico moreno.

- Yo un café sólo - me pidió el acompañante.

- Ahora mismo - les dije sonriendo y me marché a prepararles su pedido.

Mientras preparaba pas cosas podía escucharles hablar, creo que eran abogados y no me extrañaba en absoluto, el.edificio de a lado era un buffet de abogados muy importante o eso me habían dicho. Muchos ejecutivos y abogados venían a comer por aquí aunque yo nunca habia visto a ese chico.

Cogí los cafés una vez hechos y csmine hacia los dos hombres, pero cuando estuve a punto de llegar a ellos, mi jefe pasó por detrás de mi dándome una palmada en el trasero que por el susto y el empujón suyo, acabe desestabilizandome y le lancé los cafés al chico de cabello oscuro encima de su camisa blanca. Aquél joven se apartó de golpe levantándose de la silla mientras decia una que otra palabrota y es que estaba enfadado, no me extrañaba, era la primera vez que tenía un accidente como este, siempre había sido muy eficiente en mi trabajo y no sabía muy bien como reaccionar.

Sorpresas del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora