Capitulo 2: Extrañas Decisiones

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Edward Sheakper

Menudo día habia tenido hoy. Esa niña tonta había osado lanzarme un café en mi elegante camisa y tenía un juicio importante. Mi compañero de trabajo, me comentó que me cambiase en la oficina. Menosbmal que era precavido para las cosas y siempre traia ropa de repuesto por si acaso sucedia algún imprevisto.

Volví a mi oficina y me cambié en mi despacho mientras pensaba en como iba a lograr que despidieran a esa chica. Estaba enfadado, no podia negarlo. Mis padres siempre se quejaban de lo rancio que era... que si era muy serio, muy frio, muy borde... que si no tenía vida social... al final siempre me lanzaban lo mismo y estaba cansado de escuchar los mismos discursos una y otra vez.

Nunca había llevado a una chica a casa y entonces sonaba la canción... de que tenia que asegurarme.bien de que era la indicada, que valga la pena, que sea de buena familia, que no sea aburrida, que debe ser hermosa, que no sea una basura... sino que tiene que ser lo mejor de lo mejor y que me merezca. Al final no les gustaba nadie para mi.

Ésta vez había pensado en un plan infalible para disgustarles tanto como ellos me disgustaban a mi con sus tonterias, de esa manera por fin podria llevar a alguien que si den su aprobación principalmente de mi mamá.

Queria llevar a alguien que no fuera importante, alguien que no esté a mi altura para que de esa manera mis padres la vean como basura y que no es merecedora de mi. Para asi por fin poder llevar a mi novia, ella se llama Leydi y la quiero tanto que no quisiera que la vean mal a ella.

Esa era mi idea necesitaba a alguien que no valiera en absoluto la pena para que de esa manera mi familia jamás la acepte y asi poder presentar oficialmente a mi verdadera novia. Eso podía parecer facil, pero lo complicado venia ahora... necesitaba a alguien completamente diferente a mi para que no me vieran tan antisocial, ni antipático, que creyesen que tenía una vida social, seria difícil de encontrar.

Fui al juicio y lo gané, eso era evidente. Yo vivía exclusivamente para el trabajo, eso era mi vida, no tenía tiempo para perder en fiestas ni en.nada extraño. Puede que mis padres tuvieran razón, era muy serio, en juventud lo unico que hacia era estudiar y encerrarme en mi habitación a jugar video juegos cuando acabé la Universidad dejé todo para concentrarme en mi trabajo. En mi agenda no había ni un segundo de disfrute, queria ser el mejor abogado del Estado y para ello tenia que trabajar y esforzarme. Estaba a punto de conseguir ser socio en buffet, ser respetado como uno de los mejores y lo iba a lograr costase lo que costase.

Mi compañero decidió ir conmigo tras el juicio a la cafetería de esa mañana para hablar con el gerente o dueño, quería que despidieran a esa niña incompetente. Le conté también sobre mi plan maestro para enfadar a mis oadres y se reía, me llamaba inmaduro por hacer esas cosas en.vez de decirles abiertamente lo que sentía, pero es que el no conocía a mi familia. Necesitaba demostrarles a la fuerza que mi vida era solamente mia, ellos ya no mandaban. Llevandoles lo que tenía pensado creo que aceptarían cualquier cosa después con tal de que no me fuera con alguien tan ... vulgar.

Al llegar a la calle, me encontré con un revuelo que se habia montado. La gente se agrupaba y entonces me enteré de lo que había ocurrido con aquella muchacha. Supongo que me dio un poco de lástima y decidí entrar para ayudarla, aunque claro... al ver en la comisaría que no podia pagarme, le recomendé que contratase un abogado de oficio.

La chica sonrió, me agradeció el esfuerzo de antes y yo me decidí a salir de ahi. Era una chica humilde pero rara. Le estaba dando esquinazo pero ella sonreía, yo abandonaba su caso y ella me agradecia que le hubiera ayudado antes en la calle. Al salir del despacho para ir a un café de esa espantosa maquina me encontré con compañero.

Sorpresas del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora