Tiffany Valyere
Edward era muy raro y muy serio. La verdad es que si no hubiéramos coincidido por éste absurdo caso, ni siquiera lo habría conocido, no habriamos sido amigos, ni si quiera nos hubiésemos dado la hora.
Lo que era un gran misterio para mi era el motivo del trato. Reconocia que Edward era odioso, terco, cabezón, soberbio, muy serio... pero también era atractivo, alto, tenía una buena profesión y no creo que tenga algún trauma para no tener novias tras él. ¿No tenía a nadie mejor que presentar como novia? Estaba convencida de que su familia era de la alta sociedad y eso era un gran problema para mi.
Yo no tenía ropa elegante para visitar a su familia, ni tenia estudios elevados. Yo no era para nada lo que sus padres desearían ver a su lado, ellos talves esperen a alguien de la alta sociedad, refinada, educada, sin problemas legales cómo en el me encontraba metida en este momento.
Edward me miraba mal y creo que era porque no le permití entrar a mi casa. Había puesto como escusa la forma en cómo la miro la primera vez que vino a traerme pero la verdad... es que no quería que la viera ¿Como iba a dejar que ponga su adinerado trasero en un cutre sofá roto?
Me acerqué hacia el único coche aparcado que había, un Lexus deportivo y era precioso.
-Iré por mi cuenta - le dije.
-De eso nada sube al coche.
-Si quieres venir conmigo no tengo ningún inconveniente pero yo no pienso subirme a ese coche.
-Hay que llegar juntos.
-No tengo problema en eso, dame la dirección y te veo ahí. Te prometo que entraremos juntitos por la casa de tus padres.
-Está bien - me dijo sonriendo...osea sonriendo lo vi sonreir al señor seriedad sonrió.
Me metí de nuevo a mi casa a buscar el casco. Cuando bajé Edward me miró extrañado pensando en cómo me iría o que haría. Pero cuando ne vio con el casco de la moto dijo...
- ¿tienes moto?
-Si esa - le dije señalando una moto de carretera aparcada en un lateral- ¿Por qué te sorprende?
-Porque viven en un lugar cutre y pobre, no crei que tuviwras dinero para comprar una moto.
-La compre hace dos años, trabajo desde los dieciséis y necesitaba un vehículo para llegar. Asi que la compre, ya que un coche es mucho mas costoso, aun la estoy pagando a plazos, asi que sigo esperando que sea útil.
Edward me dio la dirección y me subí la cremallera de mi chaqueta de cuero cogiendo el papel para echarle un vistazo. Habia trabajado en tantas cosas y habia echo muchas entrgas de comida que sabia perfectamente donde quedaba.
-Allí nos vemos- le dije poniéndome el casco y arrancando la moto.
Llegué antes que Edward, aparqué y me quité el casco quedandome apoyada sobre la moto esperando a que el llegase, tardó casi diez minutos en llegar.
-Sube - me dijo algo enfadado... es el mas inestable que eh conocido ni las embarazadas no son tan hormonalmente inestables como el.
-Subí al coche y dejé el casco en el asiento trasero. La puerta de reja estaba cerrada y había seguridad allí, un hombre que vigilaba el perímetro. Desde luego tenia mucho dinero su familia como para tener tanta seguridad.
Condujo por el inmenso jardín hasta la puerta principal y no le importó dejar el coche en el medio, supongo que asi se comportaban los ricos.
Ya iba de camino hacia la puerta cuando sentí un impacto de algo que cai de arriba y me mojaba entera. Miré hacia el suelo viendo como un globo lleno de pintura me habia explotado encima y Edward me miró sin mucha sorpresa en su rostro mientras suspiraba. Yo si le miré sorprendida pidiendo una explicación.
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Sorpresas del Destino
Ficção AdolescenteTiffany Valyere es una chica huérfana que al cumplir los dieciocho años empieza a trabajar de camarera para uno de los mejores restaurantes de Tokyo intentando reunir dinero para encontrar a su hermana Milena que fue llevada a Alemania para saldar...