LuHan tiene problemas gravísimos con el mundo y con sí mismo.
Sehun se ha maravillado por la belleza destructiva de LuHan desde el momento en que lo vio.
"La vida es tan monótona e insípida que a lo único que se aferró fue a su cuerpo, destruirse a...
N/A: En primera instancia pensé hacerlo un fanfic de varios capítulos y desarrollarlo más pero la verdad me gustó más la idea de dejarlo como One shot. Espero lo disfrutéis.
Hay un momento en la vida en el que te das cuenta que ya nada vale la pena, nada te satisfará más que la perfección aún si eso conlleva a tu propia destrucción.
¿Es normal fascinarse con el ardor que el agua produce a tu piel? LuHan adora esa sensación, perdió hasta la noción del tiempo, sus ojos se mantenían cerrados, olvidó que lleva alrededor de cuarenta minutos bajo el agua pero puede sentir como el vapor cálido cubre todo el baño, incluso oír las pequeñas gotas de lluvia golpeando su ventana.
La vida es tan monótona e insípida que a lo único que se aferró fue a su cuerpo, destruirse a sí mismo hasta llegar a la perfección, lo ideal se le hizo un camino placentero, lleno de dolor y angustia . Su anarquía mental lo torturaba a diario "¿Era necesaria tanta miseria?" LuHan no entendía, pero le agradaba esa sensación de sus pies volviéndose débiles, su garganta rasposa y sus manos todavía más resecas.
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— Han, ¿Haz comido? — El castaño observó a su madre, lucía cansada, oscuras bolsas adornaban sus ojos, su sonrisa por poco se quebraba a pedazos y su piel estaba más amarillenta que el día anterior ¿Como es que podía fingir estar bien tan bien?
— Fuí otra vez por comida rápida — Mentira, ¿Cuántos días llevaba diciéndolo? Tres, quizá hasta cinco, pero su madre no parecía notarlo ¿Como lo haría?, de todas formas ella ya tenía un problema en que pensar; Prefería evitar la comida en horas de almuerzo, su apetito se habia esfumado casi por completo.
Su madre (Como siempre) asintió y sonrió.
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La brisa que azotaba sus ojos violentamente lo hacía lagrimear cada vez que se encontraban, lo odiaba y aún así la velocidad le encantaba. El día de hoy el sol no era más que una simple luz, la calidez que necesitaba no estaba allí, ante una hermosa luz se detuvo, sus pies pesaban.
— Hola LuHan — La luz se convirtió en una suave voz y así en una figura esbelta, de ojos pequeños y grandes manos, una anatomía digna de ser venerada, el castaño sintió envidia y molestia ¿Acaso notó su dificultad para recuperar el aliento? O quizás que por pequeños intervalos de tiempo su visión se cegaba.
— ¿Nos conocemos? — El extraño sonrió avergonzado, su rostro afilado y sereno irradió una calidez familiar, tranquilizadora y adictiva — Somos vecinos, incluso vamos al mismo instituto — Vaya, realmente había estado distraído como para no notar una mudanza.
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Sehun...
Oh Sehun, le gustaba saborear el nombre entre sus labios. Sehun se volvió vital, día tras día se reunían en su hogar despues de las largas corridas de LuHan. Él lo amó desde el primer momento en que lo vio, amaba ver su mar de lágrimas frente al espejo, su aliento perderse tras correr y esas horribles arcadas después de ayudarlo a comer.
El primer beso fue inevitable, la angustia en LuHan lo cautivaba exageradamente, por otro lado el mayor quería dejar atrás su debilidad y contagiarse de la calidez de Sehun. Los labios encajaron mas se sentía como el placer antes de la ardua tortura, sus entes no debían pero se necesitaban.
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La primera vez que LuHan perdió el conocimiento Sehun se encontraba junto a él, jugando entre escaso césped, el cuerpo del mayor fue tomado y cegado por la oscuridad cayendo entre magníficos rosales que arañaron sus brazos creando nuevas cicatrices, esta vez accidentales, sonrió.
Sehun podía sentir que su mundo se desmoronaría en cosa de tiempo, aún así esa sonrisa lo sostuvo.
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— Haz bajado unos kilos.
— No — Susurró para sí mismo — Solo he estado un poco enfermo.
— ¿Quieres que llame al médico?
— ¡No! No te metas en mis asuntos.
Ni su madre, ni el doctor lo entendería, lo creerían un loco desquiciado, pero todo se percibía glorioso.
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Sehun era su soporte, la conexión con la realidad, pegarse a él era un efecto etéreo. Amaban abrazarse y desvanecerse cada media noche, besarse hasta perder el aliento, amarse y hacerse uno. Los oscuros cabellos del menor contrastaron sus manos pálidas asemejadas a la nieve, al menor le gustaba compararlo con la nieve: El castaño se le hacía tan frío casi glacial, se le hacía imposible de no amar.
Las manos de Sehun delinearon del hueso de su cadera, el pequeño ombligo hasta su estrecha cintura — Te amo — Dijo mientras besaba dulcemente su mejilla, las puntas de sus dedos ardían.
LuHan continuó acariciando los cabellos bajo la mirada del menos mientras aquella calidez adictiva lo dominaba.
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Tomó aire por tercera vez, horribles y gélidas manos lo recorrieron — Este es su tercer desmayo de la semana , joven — Un horrible dolor se instaló en su cuello, a penas pudo sonreír — ¿Cuando fue la ultima vez que comió?
"No necesito comer" — Pensó.
Cortó el agua mientras observa sus manos totalmente enrojecidas, cuan placentero es como simple agua podía hacerlo experimentar su propio edén, huir de todo, ahogar sus pensamientos.
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A Sehun la oscuridad siempre le pareció bonita porque en ella podías distinguir quién brilla más, la mano del castaño en la suya se sentía más pequeña y ligera que la última vez, él se volvió ligero, Sehun se maravilló, su amor por fin había logrado la perfección, cada lágrima y dolor funcionó, su pureza estaba allí vestido de blanco y conectado a una sombría maquina.
Y LuHan por fin se sentía en paz , esperaba que eso no se fuera a acabar porque finalmente pasó de ser simple polvo a cenizas.
Hay un momento en la vida en el que te das cuenta que ya nada vale la pena, nada te satisfará más que la perfección aún si eso conlleva a tu propia destrucción.
¡Ojala les haya gustado :( y espero sus comentarios! <3 que tengan un bonito día.
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